Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 459
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Capítulo 459:
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A decir verdad, estaba segura de que Kellan no le había mentido, y sabía que su interés por otras mujeres era inexistente.
Si se hubiera inclinado por perseguir a otras, no habría sido esa mezcla torpe y desenfrenada de ternura y abandono cuando se conocieron en el yate aquella fatídica noche.
Kellan rara vez prestaba atención a las mujeres, y parecía que ella era la única y extraña excepción.
Sin embargo, oír los susurros despertó algo inquietante en su interior, como una hoja sin filo presionando lentamente contra su corazón, frío y dolorido.
Sin embargo, su rostro permaneció impasible, sin revelar nada. Miró el reloj, recogió el informe que acababa de terminar y se dirigió al despacho del director general. Tenía trabajo que terminar y no tenía tiempo para distraerse con chismorreos.
«Sr. Lloyd, voy a entrar», llamó, dando un ligero golpe a la puerta antes de entrar.
Para su sorpresa, Kellan no estaba en la habitación.
En su lugar, sentada detrás de su escritorio había una mujer desconocida: una belleza llamativa con los ojos brillantes de picardía y los labios curvados en una mueca como si estuviera saboreando alguna diversión privada. Apoyando la barbilla en la mano, observó a Allison entrar, con mirada aguda y evaluadora.
«Has venido a buscar a Kellan, ¿verdad?», preguntó la mujer, con voz dulce como el almíbar, cada palabra arrastrada con pereza. «Acaba de salir un momento».
Su comportamiento era informal mientras se acomodaba en la silla de Kellan, sin intención aparente de moverse. Allison supuso que debía de ser Carole, la mujer de la que acababan de hablar sus colegas.
Allison asintió y respondió: «De acuerdo».
Podía permitirse esperar; después de todo, el sello de aprobación de Kellan era el último paso necesario para finalizar el informe.
La habitación quedó en silencio.
Sentada en el sofá, Allison miró su teléfono, con el flujo constante de información de Gordon goteando como un lejano grifo de agua.
Carole, sin embargo, tenía otros planes. Su mirada recorrió audazmente a Allison antes de levantarse y deslizarse hacia ella.
«Por cierto, ¿de qué departamento vienes? Nunca pensé que Kellan tuviera a su lado a alguien tan despampanante como tú, ¡es un tipo afortunado por tener semejante caramelo para los ojos!». El tono de Carole oscilaba entre el desenfado y la curiosidad. «Aquí han cambiado muchas cosas. La última vez que me dejé caer por aquí fue justo después de graduarme en el instituto… Entonces vine a despedirme de Kellan…».
Pero Allison permaneció imperturbable, incluso cuando las palabras de Carole insinuaron una conexión pasada con Kellan. Mantuvo una máscara educada e indiferente, respondiendo con respuestas breves pero corteses.
Carole entrecerró los ojos, momentáneamente desconcertada; no estaba acostumbrada a este tipo de resistencia. Luego, como si le asaltara un pensamiento repentino, se golpeó la cabeza con una sonrisa de comprensión. «¡Oh, qué descortés soy! Olvidé presentarme. Soy Carole Perry, amiga de la infancia de Kellan. ¿Y tú eres…?»
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