Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 438
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Capítulo 438:
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«Con cuidado de no mezclar demasiado», murmuró, más para sí misma que para nadie, mientras su mano se movía con firme precisión.
Los pétalos de loto en los que trabajaba eran una delicada mezcla de rosas que rodeaban los estambres amarillos brillantes en el corazón de la flor. Era la parte más complicada de toda la obra, que exigía paciencia y una atención casi obsesiva por los detalles.
Todo el mundo observaba en silencio, la sala llena de una tensión casi palpable. Incluso el equipo de Louis, que se había arremolinado antes, se quedó quieto, con los cuellos estirados para ver los progresos de Allison. Nadie se atrevía a romper el hechizo que ella había lanzado sobre la sala, temerosos de romper la concentración que llenaba el aire.
Con un suspiro tranquilo, Allison seleccionó el pincel más fino de su colección, sus dedos se deslizaron sobre él como una extensión de su propia mano. Se inclinó más cerca, utilizando una lupa para delinear cuidadosamente el loto dentro del ojo de una libélula, un detalle tan pequeño que rozaba lo imposible.
La técnica que empleaba era una rareza, una mezcla magistral de más de una docena de pigmentos, cada uno cuidadosamente elegido para conseguir colores con una precisión pasmosa. Su proceso era instintivo, sin esfuerzo, un talento natural perfeccionado. Los minutos se alargaron hasta la media hora, pero a los espectadores les parecieron segundos.
Estaban embelesados, cautivados por la precisión y la gracia con que Allison trabajaba. Cada golpe era deliberado, cada movimiento estaba impregnado de una tranquila confianza. Era nada menos que un don natural.
Finalmente, Allison dejó el pincel. «Ya está». Una tenue capa de sudor brillaba en su frente, la luz le daba en la nariz mientras el resplandor de la habitación la bañaba en calor. Su piel parecía irradiar una claridad casi de porcelana, y la suave luz iluminaba los finos vellos de sus mejillas.
Los ojos oscuros de Kellan se detuvieron en ella, pero su mirada permaneció fija. Había algo en la forma en que trabajaba, tan concentrada, tan completamente absorta en su tarea, que hacía que el resto del mundo se desvaneciera. En esos momentos, Allison parecía pertenecer a un reino diferente, en el que no existía nada más que ella y el cuadro que tenía delante. Estaba serena, aunque distante, y su concentración suavizaba sus habituales bordes afilados.
El público, sumido en sus pensamientos durante un tiempo que pareció eterno, empezó por fin a comprender lo que acababa de suceder. A muchos se les llenaron los ojos de lágrimas y prorrumpieron en vítores.
«¡Mirad! Los ojos están completamente restaurados. Y hay flores de loto dentro de ellos».
«¡Sr. Astley, tenía razón! La Srta. Clarke está realmente dotada».
«Ser testigo del renacimiento de la técnica de la pintura dentro de la pintura… ¡Ya puedo morir feliz!»
Todos los presentes alababan la increíble habilidad de Allison. Mientras tanto, Keanu estaba allí, con los ojos llenos de lágrimas. Sus manos temblaban mientras miraba fijamente los ojos de la libélula, incapaz de apartar la mirada. Una mezcla de emoción y culpabilidad surgió en su interior, uniéndose en una inmensa ola de gratitud hacia Allison.
«Allison, si no fuera por ti, no sé qué habría hecho», murmuró, con los ojos brillantes de lágrimas no derramadas.
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