Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 1311
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Capítulo 1311:
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Sin embargo, su memoria le fallaba de vez en cuando y la preocupación aún persistía en su corazón.
—No te preocupes, abuela. Todo va bien —Kellan esbozó una sutil sonrisa—. Y tenemos una sorpresa.
Tomó la mano de Allison y la levantó ligeramente, dejando que el anillo de diamantes reflejara la luz.
«A partir de ahora, Allison y yo seremos realmente familia».
Los ojos de Kinslee se iluminaron de alegría. Luego miró a Allison y preguntó:
«¿Kellan te ha pedido matrimonio?».
Allison asintió.
«Sí, estamos planeando casarnos este mes».
«¡Qué bien!», exclamó Kinslee radiante. «Siempre he dicho que hacéis una pareja perfecta».
Pero entonces, como si recordara algo, se mostró vacilante y su expresión se nubló con preocupación.
—Es solo que me preocupa… que tu padre no lo apruebe.
—No importa si no lo hace —Kellan dudó un momento antes de continuar—. La policía se lo llevó hace poco.
Después de pensarlo mucho, decidió que Kinslee tenía derecho a saber la verdad.
No dio más detalles, pero ella vio la profundidad de su mirada, la silenciosa confirmación de que llevaba mucho tiempo esperándolo.
Suspiró y negó con la cabeza.
—Siempre supe que este día llegaría. Solo que no esperaba que fuera tan pronto. Este es el precio que tiene que pagar por sus actos.
No había dolor en su voz, solo aceptación.
Llevaba mucho tiempo decepcionada con su hijo y hacía años que había derramado todas sus lágrimas.
Ahora, lo único que quería era que Kellan y Allison fueran felices.
—Por supuesto que asistiré a vuestra boda este mes —declaró con convicción—. Y prepararé un generoso regalo para los dos.
Les juntó las manos, con un gesto lleno de calidez.
—Quiero ser testigo de vuestra felicidad con mis propios ojos.
Allison y Kellan se sonrieron, con complicidad.
—Por supuesto.
En ese momento, el teléfono de Allison vibró repetidamente en su bolsillo. Bajó la vista y vio una serie de números desconocidos parpadeando en la pantalla.
Aparte de Colton, no se le ocurría nadie más que pudiera ser tan insistente.
Kellan frunció ligeramente el ceño.
—¿Qué pasa?
—Probablemente sea Colton intentando localizarme después de que el Grupo Stevens se declarara en quiebra —dijo Allison con naturalidad.
No había nada que ocultar.
Añadió: —No puedo hacer nada por la quiebra, pero su abuelo Keanu me ayudó una vez. Así que ya he encargado a una organización especializada que se ocupe de él.
Kellan esbozó una leve sonrisa.
—Lo entiendo.
Hubo un tiempo en que había resentido a Colton, incluso lo había envidiado. Pero ahora, nada de eso importaba.
Porque Allison estaba ante él, sonriendo tan radiante como siempre.
Y mientras pensaba en la boda, que estaba a solo unas semanas, solo una idea lo consumía: por fin podría convertirse en su marido.
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