Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 1310
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1310:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Floyd sabía esta verdad desde hacía mucho tiempo, pero su corazón seguía sintiéndose insoportablemente pesado.
Ahora había llegado el momento: tenía que dejar marchar a Allison.
Bajo el brillo de sus gafas con montura dorada, su expresión se suavizó, aunque una sombra de emoción aún permanecía en sus ojos.
—He oído que has encontrado a tus padres. Enhorabuena.
—Gracias —ella levantó la mano con elegancia y esbozó una sonrisa.
El anillo de diamantes de su dedo brilló bajo la luz cuando lo agitó ligeramente.
—Floyd, hay más cosas por las que deberías felicitarme, ¿verdad?
—Por supuesto. —Floyd esbozó una sonrisa forzada, ocultando las emociones que amenazaban con aflorar.
Sin embargo, sus ojos no mentían: solo reflejaban sinceridad.
—Allison, te deseo de todo corazón que seas feliz.
Esas palabras salieron directamente de su corazón.
Aunque quien le diera la felicidad no fuera él, no importaba.
Con eso, Floyd dirigió la mirada a Kellan, que estaba de pie junto a ella.
—Sr. Lloyd, espero que cuide bien de Allison. Si alguna vez la hace sentir mínimamente mal, no dudaré en quitársela.
Allison soltó una suave risa al oír eso.
Se volvió hacia Kellan con diversión en los ojos.
—¿Has oído eso?
Kellan entrelazó sus dedos con los de ella, con un apretón firme pero suave.
—Dr. Pierce, no se preocupe. Eso nunca sucederá. Trataré a Allison mejor que nadie.
—Más te vale recordar este momento y no volveros atrás.
Floyd se encogió de hombros, con un tono ligero pero con un deje de seriedad.
—Loma está dormida. Os llevaré a ver a Kinslee primero.
Dicho esto, condujo a Allison y Kellan hacia la sala de recuperación de Kinslee. Al llegar a la puerta, Floyd levantó la mano y llamó con firmeza.
—Sra. Lloyd, las personas que estaba esperando han regresado.
Sabiendo que necesitaban intimidad, se hizo a un lado y se marchó en silencio.
Allison y Kellan empujaron la puerta juntos.
Dentro, Kinslee estaba sentada tejiendo un jersey, con las manos moviéndose con precisión experta. Al oír el ruido, pareció desconcertada por un momento, como si no estuviera segura de lo que acababa de ocurrir.
Una brillante sonrisa se dibujó en su rostro mientras se levantaba rápidamente.
—Por fin han vuelto. Vengan aquí, déjenme verlos bien.
Allison y Kellan se acercaron del brazo, con la calidez evidente en sus ojos.
Allison sonrió.
—Kinslee, ¿cómo te has encontrado últimamente?
—Estoy bien. El doctor Pierce me cuida muy bien.
Tras una breve pausa, Kinslee preguntó, con evidente preocupación en su voz.
—¿Y vosotros dos, cómo estáis?
Había oído lo que había pasado en Vrining y sabía que Allison había encontrado a sus padres biológicos.
.
.
.