Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 1297
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Capítulo 1297:
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Lilyana apretó con fuerza la mano de Allison, y su voz temblaba de culpa. Las lágrimas resbalaron por sus mejillas. «No hables. ¡Ahora mismo nos ocuparemos de ti!».
El mundo a su alrededor se oscureció.
«Dale primero el antídoto a Kellan. Su estado es peor que el mío…».
Pero antes de que pudiera terminar, las fuerzas le fallaron.
El mundo giró violentamente antes de desvanecerse en la nada.
«¡Allison!».
Gordon se abalanzó hacia ella y la levantó.
—¡Ven aquí y ayúdame!
Su mirada recorrió su pálido rostro, y su estómago se retorció cuando notó el tenue tinte azulado de sus labios, un signo inequívoco de veneno de serpiente.
La voz de Fabian fue aguda cuando ordenó: —¡Sácalos de aquí ahora mismo! ¡Administra el antídoto inmediatamente!
Gordon acostó cuidadosamente a Allison en una camilla mientras el equipo médico entraba apresuradamente. En cuestión de segundos, tanto ella como Kellan fueron subidos a un helicóptero.
Nunca había imaginado que se amaran tanto, lo suficiente como para enfrentarse a la muerte juntos. Una extraña mezcla de emociones se agitaba en su interior, pero más que nada, estaba furioso. Sus manos se cerraron en puños. Quería destrozar a Verruckt.
—Sr. Morgan, debería volver primero. Gordon exhaló con fuerza, reprimiendo su rabia. —Voy a registrar este lugar. Aunque Verruckt esté muerto, tengo que encontrar su cuerpo.
Tres días después, cuando Allison se despertó, el tenue aroma a desinfectante persistía en el aire. Se obligó a sentarse y la gente que la rodeaba se reunió rápidamente.
—Por fin estás despierta, Allison. —Lilyana la abrazó.
Después de todos estos años, estaban juntas de nuevo.
—Estoy bien.
La voz de Allison sonó áspera y forzada. Tenía la garganta seca y rasposa.
Fabian le ofreció inmediatamente un vaso de agua.
—Toma, bebe esto.
Le pusieron un vaso frío en las manos. Bebió sorbos lentos y cuidadosos, dejando que el líquido calmante aliviara la sequedad. Luego, levantó la mirada y fijó los ojos en las dos figuras que tenía ante sí.
Hacía mucho tiempo que no sentía esto: verdadero calor, cuidado genuino. Después de sufrir una grave lesión, había recibido el cuidado y la preocupación de los mayores, un tipo de consuelo que no había experimentado en años. Había pasado demasiados de esos años valiéndose por sí misma, luchando sola contra todo.
«Sí, bebe un poco de agua primero». Lilyana la observó con el corazón lleno de tristeza. «Ahora, nuestra familia vuelve a estar completa».
Los ojos de Allison ardían y un dolor le oprimía el pecho. Parpadeó con fuerza, pero las lágrimas seguían brotando, con la nariz hormigueando de emoción.
En silencio, se bebió el resto del agua.
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