Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 1233
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Capítulo 1233:
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Cuando el motor rugió, Colton apenas pudo evitar ser atropellado.
«¡Kellan!».
Si no se hubiera movido justo a tiempo, lo habría atropellado.
Ese loco no tenía en cuenta la seguridad de nadie.
A Colton le recordó a aquella vez en Ontdale cuando él y Melany casi habían sido atropellados por Allison.
No era de extrañar que se hubiera vuelto tan dura después del divorcio.
¡Todo era culpa de Kellan! Después de haber estado con Kellan durante demasiado tiempo, Allison se había convertido casi en una persona completamente diferente.
No muy lejos, Melany ya se había acercado.
«Colton, tenemos que darnos prisa». Forzó una sonrisa tensa y forzada. Aunque Allison ya se había alejado, Colton se quedó inmóvil, perdido en sus pensamientos.
El resentimiento de Melany creció al verlo.
«Tenemos que darnos prisa. Si Allison y Kellan llegan primero al campo de golf, tendrán más tiempo para seducir a ese distribuidor». Respiró hondo, con pausa.
Sus palabras tenían un peso subyacente. «La gente puede ser impredecible. Si llegan antes que nosotros, ¿quién sabe lo que le dirán al distribuidor? Podrían ponerlo fácilmente en nuestra contra. Por lo tanto, debemos actuar más rápido y reunirnos con el distribuidor antes que ellos».
Su voz se suavizó, casi dulce, pero el tono de advertencia era inconfundible. «Si el distribuidor se lleva una mala impresión de nosotros, será casi imposible arreglarlo».
Como era de esperar, sus palabras parecieron dar en el blanco. La expresión de Colton se ensombreció, sus pensamientos claramente se desplazaron a lo que estaba en juego. «Lo sé».
Colton había estado repasando todo en su mente, pero las palabras de Melany le hicieron ver la situación con más claridad. Tenía que admitir que ahora no era el momento de dudar.
Aunque la culpa le carcomía por cómo habían ido las cosas con Allison, el Grupo Stevens estaba al borde del colapso. Si no conseguían este pedido, las consecuencias podrían ser desastrosas.
Así que se armó de valor. Proteger el negocio era lo primero. «Vamos al campo de golf».
Con esas palabras, se deslizó en el coche junto a Melany.
Su rostro era una máscara de fría determinación. No podía dejar de pensar en por qué Allison había elegido a Kellan. El hombre había estado en silla de ruedas.
Claramente tenía algunos problemas de salud.
A los ojos de Colton, Kellan era muy inferior a él, y no entendía por qué Allison se enamoraría de un hombre así.
«Colton, no estés tan deprimido».
Melany pensó que su estado de ánimo era el resultado de la presión por el pedido.
Pero en el fondo, no pudo evitar sentir un toque de ironía.
El beneficio siempre pesaba más que el amor, ¿no?
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