Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 1232
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1232:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Si no hubiera sido por este inesperado accidente, no les habría pasado la tarea.
Expuso sus instrucciones con cuidado.
«No importa si no consigues el pedido; yo me encargaré cuando me recupere. Solo asegúrate de no ofenderlo».
Allison asintió pensativa y respondió: «Entendido».
Aunque hacía años que no jugaba al golf, confiaba en sus habilidades.
Asimiló rápidamente los detalles de la tarea.
Una vez que tuvieron claro su objetivo, Allison y Kellan salieron de la habitación del hospital.
Sin embargo, cuando llegaron a la entrada del hospital, Colton los alcanzó. «Allison, tengo que hablar contigo».
Allison le lanzó una mirada en blanco, imperturbable. «No tenemos nada de qué hablar. Por favor, no me hagas perder el tiempo».
Miró a Melany desde la distancia. Melany parecía amable en la superficie, pero fría en el fondo.
Allison, con deliberada lentitud, entrelazó sus dedos con los de Kellan. —Deberías volver. No hagas esperar a la señorita Johnson. Kellan y yo tenemos otros asuntos que atender.
Kellan miró a Colton, con expresión relajada pero penetrante. —Señor Stevens, no estará sugiriendo que le entreguemos el pedido, ¿verdad? Sus palabras cortaron el aire con precisión.
El orgullo de Colton se vio afectado, pero en realidad había acudido con esa misma petición en mente.
—Esto no le concierne. Tengo que hablar con Allison. —Colton volvió a hablar de mala gana—. Allison, este contrato de perfumes es crucial para el Grupo Stevens. ¿Podrías…?
Pero antes de que pudiera terminar, Allison ya había abierto la puerta del coche y se había metido dentro.
Sentada en el asiento del pasajero, le sonrió. «Sr. Stevens, es usted muy divertido. Este pedido es importante para todos nosotros. ¿Por qué se lo daría a usted?».
Kellan agarró el volante con facilidad y dijo: «Allison, no es del todo imposible. Tal vez si alguien suplicara de rodillas, consideraríamos si concederle o no el pedido».
—Kellan, ¿qué se supone que significa eso? —Colton apretó el puño, su furia aumentando—. ¡No digas cosas solo para humillarme!
No podía evitar revivir las humillaciones anteriores. Cada vez que tenía que arrodillarse y humillarse, la vergüenza era insoportable.
Y Kellan… siempre tenía la habilidad de jugar con la gente.
Allison soltó una leve risita, con un tono que rezumaba diversión.
—Bien. Ya que no quieres seguir ese camino, confiemos en nuestras propias habilidades. Además, deberías haber sabido desde el momento en que entraste aquí que este pedido es nuestro. Si tienes la suficiente confianza, no necesitas pedirnos un favor. Compite con nosotros y veamos quién puede conseguir este pedido.
Luego cerró la puerta del coche con decisión.
.
.
.