Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 1214
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Capítulo 1214:
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Ella no estaba ajena a ello, y sus sentimientos por ella eran claros como el agua.
«No hace falta que vengas hasta aquí. Con Kellan aquí, no pasa nada. Te avisaremos si necesitamos algo».
Sus palabras no dejaban lugar a interpretaciones, y claramente marcaban una línea entre ellos. «Ahora colgaré. Si hay algo, me pondré en contacto».
En la pantalla, la expresión de Gordon vaciló brevemente, sus labios se abrieron como si quisiera decir algo más. Pero antes de que pudiera, la llamada terminó con un clic silencioso.
Allison se reclinó en la silla, frotándose las sienes con un leve suspiro. —Pensé que después de haber estado detenido, podría haber desarrollado algunas cicatrices psicológicas. Ha estado enfermo antes…
Su voz se apagó cuando sintió un brazo firme envolver su cintura, acercándola. El repentino calor del abrazo la tomó desprevenida, y antes de que pudiera reaccionar, la voz baja de Kellan rompió el silencio.
—Allison, no tienes que explicarme nada.
Kellan bajó la mirada y la miró fijamente. Su mirada era intensa, atrayéndola como un pozo profundo e interminable. Mientras hablaba, sus respiraciones se mezclaron en el pequeño espacio entre ellos, cálidas y cargadas.
—Sé con certeza que no te gusta ese hombre —dijo con voz tranquila pero posesiva.
Allison arqueó una ceja, con una leve sonrisa en los labios. —¿De verdad? Entonces, ¿por qué parecía tan molesto hace un momento, Sr. Lloyd?
Kellan se burló, con una expresión ligeramente sombría. —Porque es un fastidio. Siempre lo es.
Antes de que ella pudiera responder, su mano se movió para acunar la parte posterior de su cabeza. Sus movimientos eran deliberados, su tacto firme pero cuidadoso mientras inclinaba su rostro hacia arriba. Lentamente, se acercó, sus labios rozando los de ella.
«No soporto cuánto quiere tu atención. Así que, Allison, tienes que centrarte en mí. Solo en mí».
Cuando las palabras salieron de su boca, su camisa holgada se abrió, desabrochando cada botón en un ritmo casual pero cautivador. La vista lo hizo increíblemente más seductor, una mezcla de salvaje y sereno, como un depredador esperando su momento. Demasiada moderación conduciría a un estallido inevitable.
Allison apoyó las manos con firmeza contra su pecho y lo empujó hacia atrás, con un tono de voz que rezumaba humor seco. —Sr. Lloyd, si no recuerdo mal, pasó toda la noche de anteayer haciéndome el amor.
Los labios de Kellan se curvaron en una sonrisa pícara, su tono bajo y burlón. —Entonces hagámoslo de nuevo esta noche.
Se acercó, implacable, sus labios rozando su piel mientras la besaba lenta y deliberadamente, desde el hueco de su garganta hasta su clavícula. Cuando hizo una pausa, una tenue marca roja floreció donde sus labios habían permanecido, como una firma dejada atrás.
«Allison, ¿no quieres?», murmuró contra su piel, con voz ronca.
Se le cortó la respiración. Sintió que su compostura se desvanecía, su corazón latía más rápido de lo que podía controlar.
Allison quería responder, encontrar las palabras que la estabilizaran, pero antes de que pudiera, sus labios reclamaron los de ella de nuevo. El beso ahogó sus pensamientos.
Una semana después, Allison y Kellan llegaron a Vrining, cumpliendo su promesa a Fabian.
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