Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 1195
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Capítulo 1195:
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El Castillo Fantasma solo estaba destinado a ser un escondite, no un lugar para la confrontación directa.
«No hace falta. ¡No tengo miedo en absoluto!». El pecho de Daniel se agitó de rabia.
Ansiaba matar a Allison con sus propias manos, hacerla pedazos. «¡Si tienen las agallas, que vengan! ¡Pero una vez que lo hagan, puede que nunca se vayan!».
Daniel estaba preparado para luchar hasta la muerte.
Se negaba a permitir que su escondite, construido con tanto cuidado, fuera desperdiciado.
Pero pronto, Daniel se dio cuenta de que había cometido un terrible error.
«Jefe, nuestro explorador acaba de informar de que una flota de barcos se dirige hacia aquí», informó nervioso uno de los subordinados. «Tenemos suficientes hombres, pero el enemigo es cada vez más numeroso. ¡Podríamos quedar rodeados!».
Lo que empeoraba las cosas era que muchos de los hackers y asesinos estaban trabajando juntos.
Parecía que tenían un objetivo definido en mente.
Era obvio que se habían unido para reclamar la recompensa de cien millones de dólares y quitarle la vida a Daniel.
«¿Qué acabas de decir?».
Daniel sintió que un mareo lo invadía al escuchar la noticia. Claramente había subestimado el poder de Hacker’s World. Antes de que pudiera terminar sus palabras, el sonido frenético de pasos resonó desde afuera.
—¡Jefe, tenemos malas noticias! ¡Han violado las defensas exteriores y están entrando por los túneles secretos! Daniel levantó la cabeza de golpe, con los ojos muy abiertos, incrédulo.
—¿Cómo han podido encontrar los túneles secretos?
Llevaba años aquí, manteniéndose a la sombra y tramando su venganza.
Por eso el castillo estaba lleno de pasadizos secretos y trampas ocultas.
Sin embargo, ¡habían conseguido violar los túneles secretos!
—Fue Allison. Les envió un mapa de nuestra isla. El subordinado cayó de rodillas, con la voz entrecortada por la ansiedad. —Jefe, si no nos vamos ahora, será demasiado tarde.
Daniel maldijo en voz baja, apretando el puño con furia. —¡Esa maldita zorra!
La cicatriz de su rostro pareció retorcerse en algo aún más amenazador.
Pero sabía que no era el momento de tomar decisiones precipitadas.
Entre los locos que habían venido a por los diez millones de dólares, podría haber incluso criminales desesperados.
«¡Moveos, evacuad el castillo! ¡Tenemos que sacar a todos antes de que lleguen a la isla!».
Después de destrozar su ordenador, Daniel cortó la energía de todo el castillo y comenzó su apresurada retirada.
Allison rastreó la ubicación parpadeante en su pantalla y pudo darse cuenta de que había comenzado a huir. «Pensé que era valiente, pero es como era hace años: huye como una rata».
Amya parpadeó, mirando a Allison con sorpresa. «Sra. Clarke, ¿de verdad están huyendo?».
«Por supuesto que sí, o estarán muertos».
Allison volvió a pasar el control del programa a Amya.
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