Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 1184
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Capítulo 1184:
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Allison solía encontrar tirando de la corbata de Kellan, disfrutando de la forma en que perdía la compostura y la besaba con pasión desenfrenada. Incluso el más sereno podía flaquear, y el racional podía rendirse a la emoción.
Con ella, Kellan revelaba un lado de sí mismo que nadie más había visto.
Era incómodo, irresistiblemente cautivador e innegablemente provocador.
«En el banquete de esta noche, mi plan era usar a ese vagabundo para repeler a Hoyt, pero no esperaba que la droga fuera tan potente: los hizo perder completamente la cabeza el uno por el otro». Allison levantó la mirada para encontrarse con los ojos de Kellan.
Su sonrisa iluminó sus ojos con un brillo travieso.
«Entonces, ¿qué te parece? Conseguí tu venganza. ¿Te sientes mejor ahora?».
Los labios de Kellan esbozaron una leve sonrisa cuando sus palabras calaron.
—Sí.
Definitivamente se sentía mejor, aunque no de la manera que había esperado. El brillo triunfante en la radiante sonrisa de Allison solo aumentó su deleite.
—Si hubiera estado allí, Hoyt se habría arrepentido aún más. La voz de Kellan bajó a un tono grave y ronco mientras miraba a Allison. —Así que, Allison, eres realmente una belleza con un corazón de oro.
Allison soltó una suave risita.
Era la primera vez que alguien la llamaba bondadosa. Los chicos de Cobweb probablemente se echarían a reír si alguna vez oyeran eso.
Después de todo, la vacilación no era algo que ella considerara cuando se trataba de matar.
Una suave brisa vespertina sopló, levantando el cabello de Allison y dejando que algunos mechones cayeran sobre su frente.
—No te muevas.
Kellan extendió la mano y le colocó el pelo detrás de la oreja con suavidad.
Mientras sus miradas se cruzaban, Allison vislumbró la profundidad de la suya.
Una luz suave y dorada bailaba en sus ojos.
Reflejaban el resplandor sereno de una luna fría y suave.
Allison lo miró con una expresión inocente.
—Inclínate un poco.
—¿Qué te pasa?
Mientras Kellan preguntaba, se inclinó hacia delante sin dudarlo.
Sus ojos se encontraron al mismo nivel.
Allison extendió los brazos y los rodeó con los suyos alrededor de su cuello. «No es nada. Solo pensé que tus labios parecían un poco secos, perfectos para un beso». Dicho esto, ni siquiera se molestó en andar de puntillas mientras se inclinaba para besarlo. Al momento siguiente, los brazos de Kellan rodearon su cintura mientras la besaba profundamente.
«La noche aún es joven y puedo asegurarme de que estés ocupada». Kellan apretó su cintura con fuerza.
Cada beso le dejaba con ganas de más, como si quisiera fusionar su esencia con la suya.
Bajo el suave resplandor de las farolas, sus sombras se entrelazaron.
Kellan la besó con avidez, entrelazando sus dedos con los de ella mientras luchaba por controlar su deseo.
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