Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 1125
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Capítulo 1125:
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Sin embargo, sus lágrimas fueron ineficaces esta vez.
«Guárdate esas excusas para la policía», dijo Allison con una mirada gélida.
«Te ofrecí numerosas oportunidades desde el principio, pero nunca imaginé que conspirarías con tu estudio para implicarme. No eres solo tú, todos los implicados se enfrentarán a repercusiones legales. Te has beneficiado de mi trabajo durante años, lo que constituye un delito. No necesito tu dinero como compensación», declaró Allison con tono firme.
«Planeo donar todos los ingresos de la demanda a obras benéficas para fomentar la originalidad y la creatividad». Su declaración fue recibida con una ronda de aplausos.
«¡La Sra. Clarke está a leguas de distancia de Abram!».
«¡Por un futuro más brillante para la originalidad! ¡La Sra. Clarke es la mejor persona que he conocido!».
«Ese estudio es simplemente un refugio para ladrones, ¡todos merecen un castigo!».
Al presenciar esta reacción, Abram sintió que su última pizca de esperanza se desvanecía y un zumbido llenó su cabeza.
Con un sonido pesado, se derrumbó en el suelo.
Abram sabía que se había convertido en una vergüenza pública, y que su regreso al mundo del diseño era ahora imposible.
Además, Allison estaba decidida a no dejarlo escapar tan fácilmente.
Una vez entre rejas, su caída sería completa.
Cuando Allison terminó de hablar, miró a Fabian.
«Esperaba que esta noche fuera una ocasión feliz, pero lamento mucho que mi problema haya estropeado tu velada», dijo.
«No pasa nada. No ha sido culpa tuya en absoluto. No tienes por qué culparte», respondió Fabian.
Inicialmente había planeado unirse a una videollamada, pero ahora tenía asuntos más urgentes que atender.
«¡Sáquenlo de aquí!». Fabian lanzó una mirada llena de evidente desdén a Abram y ordenó a sus guardaespaldas.
La multitud empezó a susurrar entre sí.
La mayoría mostraba un claro desprecio.
«Este tipo está arruinando la fiesta para todos», murmuró una persona.
«Si fuera mi decisión, me aseguraría de que enfrentara las consecuencias».
«Alguien como él estará tras las rejas de por vida. Incluso si sale, nadie volverá a confiar en él».
Todos sabían que Fabian estaba mostrando misericordia. Si esto hubiera sucedido en Viena, Abram ya habría sido castigado.
Fabian se mantuvo erguido en la plataforma, frente a la multitud.
«Ya que se atrevió a traerme diseños robados y engañar a todos en mi cumpleaños, tiene que pagar el precio», declaró. Luego se volvió hacia su secretaria y dio órdenes.
«Investiga este estudio por completo, comprueba sus clientes y distribuidores. ¡A partir de ahora, ninguna marca vinculada a este estudio podrá trabajar con el Grupo Dibya!».
Al principio, la multitud pensó que el castigo de Abram era leve. Pero después de escuchar las palabras de Fabian, se quedaron atónitos. Los aplausos no tardaron en llegar.
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