Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 1102
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Capítulo 1102:
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Ahora, sin embargo, el rostro de Kellan no mostraba signos de lucha; parecía tranquilo y sereno.
En realidad, apenas se contenía para no verse abrumado por una avalancha de emociones.
Allison.
Su nombre llenaba sus pensamientos.
En ese momento, todos en la sala, excepto Kellan, estaban completamente absortos en el trabajo de Abram.
«Como cabe esperar de un diseñador experimentado, su método es sencillo y cada detalle está cuidadosamente planificado».
«Sí, Abram debería terminar pronto».
«La Sra. Clarke avanza a un ritmo muy lento. Sus ideas son muy dispares. Todavía no entiendo qué está tratando de hacer».
Para ellos, estaba claro que Abram era el más talentoso.
Sin embargo, Allison era difícil de entender. Por ejemplo, aunque tenía un par de zapatos parcialmente hechos en su banco de trabajo, de repente empezó a dibujar un nuevo diseño. Luego, agarró un trozo de cinta negra y se acercó a Kellan.
—¿Te gustaría hacer un corte al azar en esto?
—¿Yo? ¿Cortarlo? Kellan levantó las cejas, sorprendido.
Allison sonrió. —El arte se nutre de la espontaneidad.
Por un breve momento, su sonrisa hizo que sus ojos brillaran, como si estuvieran llenos de innumerables estrellas.
Hizo que Kellan pensara en un viejo dicho.
Los artistas tienen sus musas, aquellas a las que admiran, recuerdan e inmortalizan a través de su oficio.
En ese instante, todo lo que Kellan quería era recordarla así.
Podría ser su espada, o la chispa detrás de su arte.
—Está bien —respondió, con la voz un poco ronca al moverse la nuez de Adán.
Cuando Kellan terminó, observó cómo Allison incorporaba la cinta negra en su diseño.
Una sonrisa se dibujó en sus labios sin que él se diera cuenta. Era una sensación de anticipación.
También era pura y simple alegría.
La frustración que había sentido antes con Colton se desvaneció por completo.
Veinte minutos después, Abram fue el primero en tocar el timbre.
¡Ding! El sonido marcó el final de su trabajo.
Todos miraron hacia el ruido y vieron un par de tacones blancos altos con tacones más cortos.
Los zapatos tenían alas de satén blanco plateado a los lados y delicadas plumas envueltas alrededor de los tobillos.
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