Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 1092
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Capítulo 1092:
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Cuando terminó de hablar, Abram dirigió la mirada directamente a Fabian. —Deberías tener acceso a los contactos de nuestros diseñadores senior —añadió—. No dudes en consultarlos cuando quieras. Su tranquila confianza transmitía un aire de autoridad.
Fabian frunció el ceño. No era de los que confiaban en las palabras; lo único que importaba eran las pruebas.
«Que alguien haga la llamada», ordenó secamente.
En un abrir y cerrar de ojos, la línea con el estudio SAMSARA estaba conectada. Una voz al otro lado, cautelosa pero profesional, preguntó el nombre de la persona que llamaba y el motivo de su contacto.
Cuando Fabian se presentó en la llamada, el tono al otro lado cambió inmediatamente a uno de respeto.
«¡Oh, Sr. Morgan! ¡Feliz cumpleaños! Hemos oído que alguien encargó un par de zapatos personalizados en nuestro estudio como regalo para usted. ¿Han llegado bien?».
«Sí», respondió Fabian con frialdad. «Pero hay cierta confusión sobre quién los diseñó». Dejó que sus ojos parpadearan entre Allison y Abram, con una expresión indescifrable.
«¿Conoces a una diseñadora llamada Allison?».
Hubo una pausa en la línea. Luego se oyó el sonido de una aclaración de garganta nerviosa, seguida de una respuesta vacilante.
«¿Podrías aclarar a quién te refieres exactamente?».
Abram, sin previo aviso, interrumpió la conversación. «¡No te molestes en fingir!», espetó con voz aguda. «Sabes perfectamente de quién está hablando: ¡Allison Clarke! Puede que hayamos sido colegas alguna vez, ¡pero este no es el momento de encubrirla!».
Las palabras de Abram resonaron claramente a través del teléfono, sin dejar lugar a malas interpretaciones.
La persona al otro lado del teléfono se quedó en silencio una vez más, y la pausa se hizo incómoda. Si algo le pasaba a Abram, la reputación del estudio también se vería afectada.
Fabian, siempre sereno, rompió la tensión. «¿Cuál es la historia completa?», preguntó, con un tono firme pero mesurado.
La voz al otro lado de la línea vaciló, y luego habló, claramente tratando de elegir sus palabras con cuidado. «Sí, Allison trabajó con nosotros como diseñadora», admitieron. «Pero la despidieron después de que la pillaran plagiando. Prefiero no decir nada más. Disculpas».
Antes de que nadie pudiera responder, la línea se desconectó abruptamente.
Era obvio que estaban demasiado nerviosos para continuar la conversación.
Al escuchar esto, Allison parpadeó, sus labios se curvaron en una sonrisa gélida, su expresión era indescifrable.
El gerente de la llamada había sido un viejo conocido de Allison. Sin embargo, sorprendentemente, habían distorsionado los hechos e incluso habían llegado a difamar su nombre, todo por proteger la imagen del estudio.
Después, Fabian se puso en contacto con otros miembros del personal del estudio para verificar la historia. Curiosamente, sus respuestas fueron todas muy similares.
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