Los Secretos de la Esposa Abandonada - Capítulo 1081
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Capítulo 1081:
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Por lo tanto, lo había destruido todo.
Las cadenas del estereotipo eran más difíciles de romper de lo que había pensado. Y cuando la verdad finalmente le golpeó, fue una píldora amarga de tragar, dejándolo ahogándose en arrepentimiento y dolor.
Pero para entonces, Allison ya había seguido adelante, caminando por un nuevo camino con otra persona a su lado.
«Kellan, ¿podrías pasarme el collar de Cupido, por favor?».
«Por supuesto».
Sus movimientos estaban tan sincronizados, tan fluidos, que era como si el propio universo hubiera conspirado para mantener intacta su conexión. Allison, perdida en su mundo, no se dio cuenta en absoluto de la presencia de Colton. Simplemente aceptó el collar que Kellan le tendió.
La delicada cadena brillaba como polvo de estrellas, y cada diamante era un pequeño universo en sí mismo.
Con un chasquido suave, casi imperceptible, empezó a quitar cuidadosamente cada diamante, el sonido como gotas de lluvia besando suavemente la superficie de un estanque.
Su concentración era absoluta, como si el mundo más allá de sus manos hubiera dejado de existir.
Kellan, que la había estado observando, notó un solo mechón de cabello que se había salido de su lugar, cayendo sobre el rostro de Allison. Estaba tan absorta en su tarea que no se dio cuenta de inmediato.
Kellan, con una ternura que lo decía todo, extendió la mano para meter el mechón rebelde detrás de la oreja de Allison.
En ese momento fugaz, pareció como si el tiempo se hubiera detenido. El aire entre ellos se llenó de silencio, y los latidos de sus corazones fueron el único sonido que resonó en la quietud. Bum. Bum. Bum.
Sus sentimientos por ella se intensificaron, como raíces que se hunden en un suelo fértil. No importaba lo que Allison hiciera, para él era como si la viera a través de una lente mágica, un filtro que la hacía brillar más que el resto. Se sentía irremediablemente atraído, sumido cada vez más en las profundidades de su mundo.
El deseo y el anhelo se enredaban a su alrededor como enredaderas, haciendo imposible apartar la mirada.
A su alrededor, la multitud quedó en silencio. Los que estaban familiarizados con los detalles más finos del trabajo de joyería intercambiaron miradas de asombro.
«¿Quién es exactamente? Mira con qué destreza está puliendo las joyas, ¡es como ver a un maestro en acción! Me sorprende que haya adquirido unas habilidades tan perfectas con tan solo veinte años».
«Si no me equivoco, la forma en que maneja las piezas, ya sea puliéndolas o cortándolas, demuestra que no es una aficionada. Es una profesional».
«Mírala más de cerca: incluso está restaurando las líneas de fractura de las joyas, señalando dónde debe ir cada diamante roto».
«Espera un segundo… ¿eso significa que ella es la diseñadora de este broche?».
Melany oyó los susurros y le golpearon como un puñetazo en el estómago.
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