La Venganza de la heredera - Capítulo 247
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Capítulo 247:
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El prestigio de la familia Cooper atraía a numerosas mujeres, a pesar de que Víctor era viudo.
Al principio, Víctor no estaba dispuesto a volver a casarse.
Pero entonces apareció Debra.
En aquel momento, ella no era más que una chica ingenua que acababa de graduarse y estaba agobiada por las deudas de su familia. Él había viajado al extranjero para unas negociaciones comerciales y allí la vio, vendiéndose a un alto precio.
La compró, impulsado únicamente por la compasión.
¿Quién podría haber imaginado que su personalidad se parecería a la de su difunta primera esposa?
Acabaron casándose.
Solo ahora se da cuenta de la verdad.
Desde el principio, su encuentro fue una conspiración.
Victor admiraba a las mujeres capaces, pero no podía tolerar a una mujer que quisiera hacerle daño.
Debra miró sus piernas. «¿Parece que tu estado ha mejorado?».
Victor sonrió. «Muy perspicaz».
Luego, apoyó las manos en la silla de ruedas y se levantó lentamente.
Originalmente, su falta de movilidad se debía a una hemorragia cerebral. Durante este tiempo, había estado tomando las pastillas que le daba Sandra.
Debra estaba preocupada por los asuntos del departamento de confección, por lo que no lo detuvo.
Según ella, la lesión cerebral de Víctor había durado muchos años y no podría sobrevivir mucho tiempo.
Las pastillas eran solo pastillas. Había tantas en el hospital y, de todos modos, eran inútiles.
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Pero ahora, Víctor no solo estaba mentalmente alerta, sino que su salud física también se estaba recuperando.
«Víctor, tú…». El rostro de Debra se llenó de asombro. Sin embargo, ella había estado al mando del Grupo Cooper durante muchos años.
Su mentalidad se había endurecido hacía mucho tiempo.
Ya no era la chica ingenua que había sido.
De repente, sonrió con amargura. «¿También estás ayudando a tu hijo a robarme todo?».
Victor permaneció impasible. «Tú misma elegiste a esta nuera». Era el karma.
El rostro de Debra no mostraba remordimiento, ni tampoco intención de dar marcha atrás.
«Nunca la consideré una amenaza».
A pesar de sus habilidades como hacker y sus conocimientos médicos, Sandra seguía sin tener experiencia en el mundo de los negocios.
Victor no quería discutir estos asuntos.
Se acercó y le sirvió un vaso de agua.
«Hablemos del problema entre tú y yo».
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