La Venganza de la heredera - Capítulo 221
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Capítulo 221:
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La propiedad se le transferiría a ella.
Durante este periodo, cada vez que Adam pensaba en ello, se sentía inquieto.
Siempre había tratado al laboratorio como si fuera su propio hijo.
Ahora, sentía como si le estuviera regalando su propio hijo.
Al principio, cuando llamó a Sandra y ella no respondió, pensó que podría hacerse cargo.
Ahora, Adam no podía aguantar más y tuvo que volver a llamar a Sandra.
Después de terminar la llamada, Sandra planeó ir al hospital.
Cuando salió del departamento técnico, vio a Hailey saliendo de la sala contigua.
Hailey pensó que estaba allí para cotillear y puso una expresión sombría.
«Sandra, no creas que nadie conoce tus secretos».
«¡Tus secretos saldrán a la luz tarde o temprano, y todo lo que has robado volverá a su lugar legítimo!».
Sandra sonrió, con tono amable. «Hailey, sé realista. ¡Lo que han sufrido tus hijos lo ha decidido la ley, no yo!».
Hailey se atragantó, y la ira le nubló la vista.
«Sandra, ¿cómo te atreves a ser tan arrogante delante de mí?».
Sandra se encogió de hombros. «No tienes control sobre mí».
Hailey casi sufre un infarto.
Después de un largo rato, finalmente recuperó la compostura. Sabía muy bien que si seguía hablando con Sandra, se enfurecería hasta el punto de no haber vuelta atrás.
Olvidó esta disputa momentánea; haría que Sandra cayera en desgracia y se convirtiera en una completa paria.
Dejó de malgastar palabras y se dio la vuelta para marcharse.
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Sandra dijo: «Tómese su tiempo, señora. ¿Quiere que mi asistente la acompañe?».
Hailey permaneció en silencio y aceleró el paso.
Sandra se volvió para mirar a Wesley.
«Parece que no ha obtenido ningún beneficio de usted».
Sandra sonrió y preguntó: «Sr. Cooper, ¿ha dicho algo bueno sobre mí?».
Wesley estaba de pie en la puerta del salón, con expresión tranquila. Parecía comedido e intocable, bastante llamativo.
«¿Qué opinas?», preguntó en voz baja.
Sandra se echó a reír. «Parece que la sorpresa que te dio Hailey no fue pequeña; tus palabras fueron insuficientes».
De hecho, las palabras de Hailey le habían entrado por un oído y le habían salido por el otro.
Pero en cuanto abrió la puerta, vio a Sandra vestida con un estilo muy elegante.
Llevaba una blusa con cuello semialto, adornada con encaje rosa, y en la cintura tenía un bordado rosa claro. Su vestido era largo, lo que hacía que su figura pareciera muy alta.
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