La Venganza de la heredera - Capítulo 162
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Capítulo 162:
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Siempre le daba demasiadas vueltas a las cosas.
Cerró los ojos rápidamente, obligándose a dormirse.
Wesley no podía conciliar el sueño por más que lo intentara.
El olor de Sandra permanecía en toda la cama.
Era como si estuviera por todas partes.
Al día siguiente, Sandra se estiró perezosamente y vio a Wesley sentado en su cama con expresión sombría.
Sus ojos eran demasiado efectivos.
Inmediatamente se fijó en las ojeras que tenía y no pudo evitar reírse un poco.
«Sr. Cooper, parece que ya ha tenido suficiente de experimentar mi vida».
Wesley permaneció en silencio.
Durante el desayuno,
Joey podía sentir la tensión en el aire.
En el pasado, el mal sueño de Wesley había sido algo normal.
Pero desde que despertó de su estado vegetativo, esta situación había desaparecido.
Así que, cuando volvió a ocurrir de repente, todas las células del cuerpo de Joey se tensaron.
Barajó mil posibilidades en su mente y, finalmente, su mirada se posó en Sandra.
Sandra, un poco desconcertada por la mirada fija, dijo: «¿Por qué me miras tanto, Joey?».
Joey encogió el cuello. «Yo… solo quería preguntarte por Agkistrodon».
Antes de que pudiera terminar la frase, la presión del aire bajó aún más.
El corazón de Joey casi explotó del susto.
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Leo no le había enseñado cómo manejar esta situación.
Sandra dijo con impotencia: «Wesley y yo iremos a hablar con Agkistrodon».
En cuanto pronunció estas palabras, Joey sintió que todo el ambiente del restaurante se relajaba. ¡Su corazón se salvó!
Wesley emitió un leve «mmm», como si no estuviera dispuesto a hacerlo.
Joey se burló para sus adentros.
Después del torneo de ajedrez, Joey estaba seguro de que Wesley sentía algo por Sandra.
Pero esos sentimientos aún estaban en una fase inicial.
Probablemente, Wesley ni siquiera se había dado cuenta.
Al pensar en ello, Joey no pudo evitar suspirar.
No solo tenía que completar su trabajo, sino que también tenía que preocuparse por la vida amorosa de su jefe.
Se sentía como si fuera su madre.
Sandra cortó lentamente el filete, con una elegancia imposible de ignorar.
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