La Venganza de la heredera - Capítulo 119
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 119:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Su interacción parecía poco familiar, no se parecía a la relación entre amigos. Sin embargo, Holly estaba decidida a darle una lección a Sandra.
«Por favor, ilumínanos sobre la inspiración detrás de esta obra maestra», dijo Holly.
Cuando la pintora miró su obra, una suave luz apareció en sus ojos. Bajó con elegancia el dobladillo y se acercó lentamente al lienzo. Extendió las manos y se apoyó completamente en él.
«Cada vez que contemplo este cuadro, mi mente se recuesta sobre los prados», dijo.
«Cada nervio palpita con la esencia de las praderas. Yo soy uno con la naturaleza, y la naturaleza es uno conmigo».
El rostro de Holly se ensombreció.
Sandra se rió entre dientes. «Alguien dijo que eran nebulosas cósmicas».
La pintora frunció el ceño. «Detesto las estrellas».
«¿Cómo pueden las estrellas experimentar la alegría del apoyo mutuo cuando cada una se adhiere a su propia órbita?».
«Las estrellas carecen de emociones, al igual que el cosmos».
«Son inferiores a la hierba. Ayudan y asisten a sus hilos vecinos, creciendo y marchitándose al unísono».
Sandra asintió con aprobación. «Tu perspectiva es única».
La pintora sonrió tímidamente. «Son solo mis pensamientos. Por favor, no dejes que te engañen».
Muchas personas escucharon los comentarios anteriores de Holly. Ahora, con la pintora aclarando personalmente, se convirtió en objeto de burlas.
Ella se burló de esa señora, pero al final, es ella la que no entiende la pintura. «
Ella dijo que eran nebulosas cósmicas, pero el artista lo negó».
Sigue la historia solo en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.c♡𝓂
«¿No son buenos amigos? ¿Es mentira?».
«Intentó presumir de sus conocimientos, pero fracasó».
«Qué asco».
«Por suerte, la hermosa joven no replicó mucho. De lo contrario, se habría avergonzado aún más».
«¿Por qué me resulta familiar esa señora?».
«¡Parece la señora Cooper!».
«¡Es verdad!».
Sandra inicialmente quería ver más pinturas, pero inesperadamente fue reconocida y perseguida como una celebridad. Solo pudo pedir ayuda a los guardias de seguridad y abandonar la exposición de arte.
Joey se secó el sudor de la frente.
Esos fans estaban locos. Casi podían rivalizar con los campeones olímpicos de velocidad en su persecución.
Como guardaespaldas, casi se derrumba por correr tan rápido.
Cuando Sandra se subió al coche, se dio una palmada en el pecho.
«Nunca pensé que ser una estrella se sentiría así. Bueno, no quiero serlo para siempre».
.
.
.