La revancha de la increíble exesposa del CEO - Capítulo 546
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 546:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Él le escudriñó el rostro, con una expresión repentinamente impasible, antes de responder: «Quería decirte lo mucho que deseaba estar a solas contigo y llevarte al paraíso una última vez antes de que ambos regresemos mañana a Baltimore».
«Oh», dijo Tessa simplemente. ¿Qué demonios era esa sensación de vacío en su pecho?
«He oído que tienes una cita en Baltimore», dijo Gendry con tono informal, pero las palabras la hicieron ponerse tensa.
¿Cómo lo sabía? ¿Había escuchado su conversación con Kevin? «Sí, pero ¿cómo…?».
«Me dijiste que los dos iríais a una cita después de la boda, ¿recuerdas?», la interrumpió. «Supuse que seguía en pie».
Lo dijo con tanta indiferencia que Tessa no supo qué pensar.
¿Le ponía celoso? Tenía muchas ganas de preguntárselo. ¿Le ponía tan celoso como ella se había sentido al verlo bailar con aquella mujer en la recepción, aunque no tenía derecho a sentirse así, teniendo en cuenta que ella había estado bailando con otro hombre?
En lugar de eso, decidió preguntárselo de una forma más suave. «¿Y eso te molesta?».
Por un momento, Gendry pareció sorprendido por su pregunta. Luego, soltó una risa desdeñosa.
«¿Molestarme?», preguntó, como si fuera lo más ridículo que hubiera oído nunca.
«No, solo siento… un poco de pena por ti».
Tessa se tensó y frunció el ceño. —¿Pena por mí?
Él asintió. —No te ofendas, pero he visto a Kevin desnudo en los vestuarios del gimnasio… —Se inclinó hacia ella, como si fuera un secreto solo para sus oídos—. Y tiene el pene pequeño.
Tessa lo miró fijamente. Eso era lo último que esperaba que dijera. Se echó a reír.
Úʟᴛιмσѕ ᴄнαρᴛєяѕ ɴσνєʟα𝓈𝟜ƒαɴ.𝒸o𝓂
—¿Por qué dices eso?
Gendry se unió a su risa. —Bueno, porque es verdad. Tiene un pito pequeñito.
Tessa se rió aún más fuerte. —¿Qué pasó con «respetar el código de los hermanos»? Porque estoy bastante segura de que esto lo viola.
—Hay algunas excepciones —dijo Gendry secamente.
—¿En serio? ¿Como cuándo?
Gendry dio un paso hacia ella, rodeándole la cintura con el brazo y atrayéndola con firmeza hacia su cuerpo.
«Como cuando hay que advertir a la mujer de una posible insatisfacción en la cama».
Tessa puso los ojos en blanco. «No sé. He oído que el tamaño no importa. Lo que importa es la técnica».
«Mentira», resopló él, bajando los labios hacia su cuello. «Las dos cosas importan. Así que prepárate para llevarte una decepción. Yo te he llevado al séptimo cielo cada vez. Tendrás suerte si él consigue llevarte al tejado de esta villa».
Dios mío, esto era una locura. Gendry no podía creer la calma con la que hablaba de esto cuando por dentro se sentía como un volcán enfurecido a punto de entrar en erupción. La idea de que Kevin —o cualquier otro hombre, para el caso— tuviera el privilegio de disfrutar del cuerpo de Tessa, un privilegio que él había sido el primero y único hombre en recibir, le hacía hervir la sangre de celos. Pero no era su decisión.
«¿El séptimo cielo?», se rió Tessa. «¿No estás siendo un poco arrogante?».
«Cariño, tengo todo el derecho a ser arrogante. Tu coño puede dar fe de ello». Su lengua se deslizó rápidamente, lamiendo la columna de su cuello, provocándole un irresistible escalofrío por la espalda. «Estoy seguro de que ahora mismo estás mojando tus bragas».
.
.
.