La revancha de la increíble exesposa del CEO - Capítulo 490
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 490:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
La expresión de Tessa no vaciló. «No. No todo el mundo». Su voz era firme, afilada como una cuchilla. «Solo tú. Porque ni siquiera mereces mi tiempo».
Un músculo se le tensó en la mandíbula. Se acercó más.
Ella se puso tensa de inmediato. «No te acerques más», le advirtió.
Sus ojos la estudiaron, la estudiaron de verdad. «¿Por qué?». Su voz era ahora más suave, pero con un matiz peligroso. «¿Te afecta mi proximidad?».
Tessa se burló. «¿Por qué demonios iba a hacerlo?».
Gendry ladeó ligeramente la cabeza y su sonrisa se amplió. «Entonces, ¿por qué de repente respiras tan fuerte?».
Su mirada se agudizó, pero no dijo nada. Él podía ver el sutil subir y bajar de su pecho, cómo intentaba estabilizarlo pero no lo conseguía.
Durante su baile forzado juntos, él había notado las reacciones de su cuerpo en sus brazos, pero se había dicho a sí mismo que lo estaba imaginando. Ahora estaba seguro de que no lo había imaginado.
Ella lo deseaba.
Bajó la mirada. Su ropa de dormir era holgada, incluso recatada, pero de alguna manera seguía pareciendo ridículamente sexy. La suave tela rosa cubría sus curvas, cayendo justo por debajo de sus rodillas.
En ese instante, sintió que sus pantalones se tensaban.
Sus ojos volvieron a posarse en sus labios, carnosos, ligeramente entreabiertos, como si suplicaran ser besados.
Algo dentro de él se rompió.
Necesitaba besarla.
La voz de Tessa irrumpió en sus pensamientos, tan aguda como siempre. —Respiro así porque me siento sofocada al estar en la misma habitación que tú.
Su sonrisa se hizo más profunda. —Así que admites que te afecto.»
Capítulos actualizados en ɴσνєℓα𝓼𝟜ƒα𝓷.𝒸ø𝓂 para fans reales
Tessa se burló incrédula. «Dios, qué engreído eres. Al contrario de lo que crees, no todas las mujeres…». Antes de que pudiera terminar, Gendry se movió y estrelló sus labios contra los de ella en un beso duro y exigente.
Tessa soltó la botella de agua en el momento en que los labios de Gendry se estrellaron contra los suyos. El recipiente de plástico cayó al suelo con un ruido sordo, pero ella apenas se dio cuenta.
Sus manos volaron hacia su pecho, los dedos presionando contra los duros músculos, su cuerpo rígido mientras la sacudía la sorpresa.
Debería haberlo empujado. Tenía que empujarlo.
Pero no lo hizo.
Sus labios la traicionaron, moviéndose contra los de él como si hubieran estado esperando ese momento. El calor estalló entre ellos, diferente a todo lo que había sentido antes.
Gendry gimió contra su boca mientras le rozaba el labio inferior con la lengua y, sin pensarlo, ella abrió los labios para él. En el instante en que sus lenguas se entrelazaron, un escalofrío le recorrió la espalda.
El sabor del zumo de naranja permanecía en su lengua, ácido y embriagador, y, por un fugaz segundo, se dejó llevar por él. Entonces, la realidad volvió a golpearla.
.
.
.