La revancha de la increíble exesposa del CEO - Capítulo 431
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 431:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
La sonrisa burlona de Linda se desvaneció y entrecerró los ojos. Sin previo aviso, le dio un fuerte golpe en la cara a Thalassa.
«¡No te atrevas a meter a mi hijo en esto!», siseó Linda, perdiendo la compostura. «Todo esto es culpa tuya. Kris me adoraba. Me veía como su modelo a seguir. Siempre me escuchaba. Todo cambió cuando apareciste tú. Lo pusiste en mi contra. ¡Y ahora me odia por tu culpa!».
Thalassa giró la cabeza lentamente, con la mejilla enrojecida y palpitante por la bofetada. Pero sus ojos ardían de desdén.
«No», dijo con voz firme, teñida de acero. «Todo cambió cuando Kris te vio tal y como eres: un monstruo malvado y narcisista que destruye todo lo bueno de su vida solo para mantenerlo bajo tu control».
Los labios de Linda temblaron de furia antes de volver a arremeter contra ella, esta vez abofeteando a Thalassa con más fuerza. «¡Cierra la boca!», espetó.
Thalassa la miró con ira. «¿Qué? ¿Te duele la verdad? Todo lo que te ha pasado, te lo has buscado tú misma. Tú eres la única razón por la que tu hijo te odia».
Linda soltó un gruñido gutural y bajo, perdiendo por fin la compostura. «No vas a callarte, ¿verdad? Muy bien. Te daré algo por lo que gritar».
Chasqueó los dedos mientras miraba a los cuatro matones que tenía detrás. «Desatadla y haced lo que queráis con ella».
Los cuatro matones comenzaron a caminar hacia Thalassa, con los ojos brillantes como depredadores a punto de devorar a su presa.
El corazón de Thalassa latía con fuerza en su pecho mientras los matones se acercaban cada vez más.
Mantuvo el rostro impasible, con la mandíbula apretada. Todos sus instintos le gritaban que entrara en pánico porque sabía que esto no era una broma, pero se negó a darles esa satisfacción a Linda y a sus matones.
«No se atrevan a acercarse», espetó entre dientes, con voz firme a pesar de la tormenta que se desataba en su interior.
¿Ya leíste esto? Solo en ɴσνєℓα𝓼4ƒα𝓷.ç0𝓂 con sorpresas diarias
Uno de los matones echó la cabeza hacia atrás y se rió. «Intenta hacerse la dura». Sus labios se curvaron en una sonrisa lasciva. «No te preocupes, cariño. Te domaremos en un santiamén. Te convertiremos en una perrita dócil y obediente que suplique nuestras pollas».
Thalassa echó la silla hacia atrás todo lo que pudo, tensando los músculos contra las cuerdas que la ataban. Pero uno de los matones se colocó detrás de ella, con sus ásperas manos ya buscando los nudos que le ataban las muñecas a la silla. Podía sentir su aliento en la nuca mientras murmuraba: «No lo hagas más difícil resistiéndote».
Había empezado a desenredar las cuerdas cuando, de repente, sonó un teléfono.
Uno de los matones maldijo y sacó el dispositivo de su bolsillo. Miró la pantalla y frunció el ceño. «Es el teléfono de esa zorra», le dijo a otro matón, mostrándoselo. «La que me tiré en la otra casa».
La aguda voz de Linda rompió el momento. «¿De quién es el teléfono?», exigió saber, con los tacones haciendo clic mientras se acercaba al matón.
El matón sonrió burlonamente mientras le entregaba el teléfono. «La otra zorra a la que nos enviaste. Se lo quité. Parecía caro. Mi mujer lleva tiempo pidiendo uno igual, así que…». Se encogió de hombros, como si fuera lo más natural del mundo.
La bofetada que Linda le propinó fue repentina y brutal, y el sonido resonó en todo el almacén. El matón trastabilló hacia atrás, llevándose la mano a la mejilla, con expresión atónita.
.
.
.