La revancha de la increíble exesposa del CEO - Capítulo 410
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 410:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Karen agarraba con fuerza el volante mientras conducía, sintiendo cómo su frustración aumentaba con cada kilómetro que recorría. Habían pasado tres días desde la última vez que su madre la había llamado. Desde el día en que le dijo a su madre que no quería tener nada que ver con ella, la mujer la llamaba al menos dos veces al día. Pero ahora habían pasado tres días sin una sola llamada, y eso ponía a Karen de los nervios.
¿Ya se había rendido? Karen no estaba dispuesta a permitirlo. Conducía hacia la casa de su madre, no para reconciliarse, sino para recordarle su traición y hacerla suplicar por su afecto de nuevo.
Al llegar a la puerta, frunció el ceño. No se abría como siempre. Esperó, cada vez más impaciente, y luego tocó el claxon. Nada.
Molesta, cogió el teléfono y marcó el número de Bridget. —¿Por qué está cerrada la puerta? —preguntó cuando Bridget respondió—. ¿Y por qué no la abre nadie?
La voz de Bridget era tranquila, con evidente cansancio. —Porque no hay nadie en casa, Karen. Estamos todos en su funeral.
Karen parpadeó. —¿El funeral de quién?
Bridget suspiró. —El de tu madre. Perdimos a la señora Rita hace tres días.
El mundo se inclinó sobre su eje. Karen apretó el teléfono con más fuerza. —No —susurró, sacudiendo la cabeza como si Bridget pudiera ver su negación—. Eso no es cierto. Estás mintiendo.
«¿Por qué iba a mentir sobre algo así?», espetó Bridget con voz quebrada. «Ha fallecido, Karen. La apuñalaron dos veces. Murió en el hospital».
Karen contuvo el aliento. Sus pensamientos se aceleraron mientras luchaba por comprenderlo. «¿De qué demonios estás hablando?», balbuceó. «¿Quién haría algo así? ¿Y cómo es posible que no me hayas dicho nada sobre su funeral?».
«Quizás si te hubieras molestado en contestar el teléfono cuando te llamé varias veces el día que murió, lo habrías sabido», dijo Bridget, endureciendo el tono de voz.
¿Ya leíste esto? Solo en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.𝒸ø𝗺 antes que nadie
La capilla estaba en silencio, salvo por la solemne voz del sacerdote que pronunciaba el panegírico. Era una ceremonia pequeña: solo Thalassa, Kris, Alden, Luisa, Millie, Zeke, Bridget y algunos de los amigos más cercanos de Rita.
El ambiente era pesado, el aire estaba cargado de tristeza. El ataúd de Rita yacía abierto ante el altar. Thalassa estaba sentada rígida en el primer banco, con las manos fuertemente entrelazadas en su regazo. Kris estaba sentada a su lado.
El silencio sombrío se rompió cuando se oyeron gritos en la entrada.
«¡Déjenme entrar! ¡Es el funeral de mi madre!». La voz de Karen era aguda, desesperada. Los guardias que Kris había contratado la retenían.
Bridget se levantó e hizo una señal a los guardias para que la dejaran pasar. Karen irrumpió en la capilla, con una mezcla de furia y angustia en el rostro.
Se detuvo bruscamente ante el ataúd, con la respiración entrecortada. «¡No… no!», gritó, con la voz quebrada mientras miraba el rostro de su madre. «¡Esto no puede ser verdad!».
Las lágrimas le corrían por el rostro mientras se daba la vuelta y fijaba la mirada en Thalassa. Corrió hacia ella.
«¡No tenías derecho!», chilló Karen. «¡No tenías derecho a organizar el funeral de mi madre sin mí! ¡Voy a hacer que te arresten por esto!».
Thalassa se puso de pie, con expresión fría. «¿Que no tengo derecho?», espetó. «¡Tú eres la que la abandonaste! Dijiste que no querías tener nada que ver con ella, pero ahora que está muerta, ¿de repente te importa? ¿Cómo te atreves a aparecer por aquí?».
.
.
.