La revancha de la increíble exesposa del CEO - Capítulo 400
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 400:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Finalmente, tras cuatro agotadoras horas, la puerta de Urgencias se abrió de par en par. Dos médicos salieron con expresión solemne.
Thalassa se puso en pie de un salto, con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho. «¿Está bien?», preguntó, corriendo hacia ellos. Su voz temblaba de desesperación. «Por favor, díganme que está bien».
El médico más alto dudó, mirando al grupo. «¿Son ustedes familiares de la paciente?».
Kris dio un paso adelante, con el brazo aún alrededor de Thalassa en actitud protectora. «Soy su yerno», dijo con firmeza. «¿Cómo está?».
El médico exhaló un profundo suspiro, con expresión grave. «Las lesiones eran graves. Las puñaladas le perforaron el riñón y otros órganos y vasos vitales. Hemos hecho todo lo posible por estabilizarla, pero la pérdida de sangre y los daños internos eran importantes».
Hizo una pausa y su voz se suavizó. —Las próximas horas son críticas. Podría sobrevivir… o podríamos perderla.
Bridget soltó un grito agudo y se agarró el pecho. —¡No, no! ¡No diga eso! ¡No puede morir! Por favor, doctor. Tiene que salvarla.
Kris apretó la mandíbula. —Haga lo que sea necesario para salvarla, doctor. No importa lo que cueste. Solo salve su vida.
El médico asintió con gravedad. —Hemos hecho todo lo humanamente posible, créanme. Ahora solo podemos esperar y vigilar su estado. Ojalá pudiera decirles más, pero en este momento está fuera de nuestro alcance.
Kris miró a Thalassa y se dio cuenta de que no se había movido. Estaba paralizada, con los ojos muy abiertos y sin pestañear, el cuerpo rígido como una estatua.
—Lassa —dijo en voz baja, atrayéndola hacia él. La acunó contra su pecho, sintiendo cómo temblaba—. Oh, Lassa…
Su voz era un susurro, entrecortada y llena de incredulidad. —Esto… esto no puede estar pasando. Mi madre… no puede estar ahí. Estaba bien. Ayer, cuando la vimos, estaba feliz. Estaba… estaba llena de vida».
ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.c𝓸m tiene lo último
Kris le dio un beso prolongado en la sien y le acarició el pelo con la mano. «Y seguirá estándolo, ya lo verás. Es una mujer fuerte y va a superar esto».
Thalassa apretó los ojos con fuerza. ¿Por qué?
¿Por qué seguía pasando esto? Primero, Juana casi muere salvándole la vida. Y ahora Rita, la mujer que la había querido y tratado como a una hija, también estaba luchando por la suya. Todo en el transcurso de un día. Justo cuando las cosas empezaban a encajar, todo se desmoronaba de nuevo. ¿Qué había hecho para merecer esto? ¿Por qué le estaba pasando esto a la gente que quería? Miró al médico.
«Necesito verla».
El médico negó con la cabeza. «No es aconsejable en este momento. La están trasladando a la UCI y está muy sedada. Necesita reposo absoluto. Cualquier perturbación podría ser perjudicial».
«No la molestaré», insistió Thalassa. «Pero necesito estar allí. Necesito verla, vigilarla por si pasa algo. Por favor».
El médico dudó, mirando su rostro tenso. Finalmente, asintió. «De acuerdo. Puede quedarse con ella, pero solo usted, y no debe hacer nada que perturbe su descanso».
.
.
.