La revancha de la increíble exesposa del CEO - Capítulo 209
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 209:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Entrecerró los ojos y sus palabras denotaban sospecha. «Me fui por la tarde y tú solo fuiste a ver a Luisa por la noche, así que ¿cómo podías saber que me había ido «de repente»?»
«A menos que…», dijo ella con una mueca. «¡A menos que sigas teniendo a tus hombres siguiéndome, incluso después de decirte que no necesito tu protección!».
Kris exhaló un suspiro. «No sabía cuánto tiempo estarías fuera, Thalassa. La idea de que estuvieras lejos de mí otra vez… No podía soportarlo».
Ella se burló. «Bueno, yo quiero exactamente lo contrario. Que estés lejos de mí. La única razón por la que te dejé entrar es porque Betty insistió. Pero en cuanto amaine la tormenta, y no me importa qué hora sea, te vas».
Cuando terminó de hablar, respiraba con dificultad. Al principio, Kris pensó que era por ira, pero luego se dio cuenta de que no era así. Era miedo. Ella tenía miedo de algo.
—Thalassa… —susurró, poniéndose de pie, con preocupación en su voz—. Sabes que nunca te haría daño. ¿Por qué estás tan nerviosa y tensa?
—¡No lo estoy! —espetó ella, pero Kris no dejó de notar cómo sus ojos se dirigían de nuevo hacia la escalera.
En ese momento, Betty regresó con la manta y se la envolvió alrededor de los hombros a Kris. Tras observar a Kris durante unos segundos, la anciana negó con la cabeza. —No. Esto no será suficiente —murmuró—. Necesitas una ducha caliente o te vas a poner enfermo.
Thalassa se tensó y se volvió hacia Betty alarmada. —Puede ducharse cuando se vaya.
Betty frunció el ceño y miró a ambos. —Pero con esta tormenta, no parece que vaya a amainar pronto. ¿Qué hay de malo en que se dé una ducha rápida aquí?
—No tendría nada para cambiarse —replicó Thalassa con voz tensa.
—Zeke dejó algo de ropa. Seguro que no le importará que Kris le pida prestada algo para pasar la noche.
𝑐𝑜𝓃𝓉𝑒𝓃𝒾𝒹𝑜 𝒸𝑜𝓅𝒾𝒶𝒹𝑜 𝒹𝑒 ɴσνє𝓁𝓪𝓈4ƒα𝓷.𝒸o𝗺
Kris hizo una mueca. Primero tuvo que comer la comida de Zeke. Ahora no tenía más remedio que ponerse su ropa. Genial.
Antes de que Thalassa pudiera protestar más, Betty la miró con determinación. —No puedo quedarme de brazos cruzados viendo cómo se pone enfermo. Voy a llevarlo arriba para que se duche.
—¡Bien! —interrumpió Thalassa bruscamente—. Yo misma lo llevaré.
—Bien. —Betty sonrió con aprobación y se volvió hacia Kris—. Te prepararé algo para comer después de la ducha.
Thalassa dio media vuelta y comenzó a subir las escaleras. Kris lo tomó como una señal para seguirla. Aún temblando, la siguió en un tenso silencio. Cuando llegaron al rellano, él…
notó que ella se ponía aún más rígida, que sus ojos se movían nerviosamente hacia una puerta en concreto antes de apartar la mirada demasiado rápido.
Frunció el ceño, pero no dijo nada cuando llegaron a otra puerta. Thalassa la abrió y le dijo fríamente: «Puedes ducharte aquí. Esta es la habitación de Zeke. Debería haber toallas limpias. Coge algo de su armario cuando hayas terminado».
Suspirando, Kris entró y cerró la puerta tras de sí. La habitación de Zeke era tal y como esperaba: minimalista, con paredes beige y apenas decoraciones. Se preguntó qué pensaría Zeke si se enterara de que estaba usando su casa.
.
.
.