La revancha de la increíble exesposa del CEO - Capítulo 164
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 164:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Luisa se sonrojó aún más mientras los llevaba arriba para mostrarle a Kris su habitación. Era espaciosa, pero solo contenía una cama king size y un lujoso sofá de cuero. La única otra decoración era la pintura de color crema de las paredes.
Y, sin embargo, se sentía más como en casa que en la habitación que había compartido con Karen, porque Thalassa vivía allí. Aunque su habitación estuviera a dos habitaciones de distancia.
«¿Cómo piensas volver a acercarte a Thalassa?», preguntó Alden, dejándose caer sobre la cama bien hecha.
Kris lo miró con ira, tanto porque las sábanas ahora estaban arrugadas como porque no podía permitirse tirarse sobre la cama sin que su dolorido hombro le diera una lección.
Unos treinta minutos más tarde, Luisa regresó para anunciar que la cena estaba servida. Bajaron juntos las escaleras y el corazón de Kris se hundió aún más al acercarse a la mesa del comedor. No había ni rastro de Thalassa.
Quería preguntar si ella solía llegar a casa antes de la cena, pero se mordió la lengua. No quería que se notara que la razón principal por la que había aceptado la oferta de Luisa era para acercarse a Thalassa.
—¿Qué hay para cenar? —preguntó Alden mientras se sentaban a la mesa.
La comida ya estaba servida y cubierta con tapas, llenando el aire con deliciosos aromas.
Luisa sonrió orgullosa. «He preparado mi especialidad: filete con salsa de crema de bourbon y ajo».
«¡Qué maravilla, huele increíble!», exclamó Alden, levantando la tapa de su plato.
«Me siento como si estuviera cenando en un restaurante de cinco estrellas».
«Oh, para», dijo Luisa con una risa tímida, aunque sus ojos brillaban.
Kris no se percató de su coqueteo. Tenía la mirada fija en el pasillo y el estómago se le contraía por la ansiedad.
Disponible ya en ɴσνєℓα𝓼4ƒα𝓷.ç◦𝓂 sin interrupciones
Había ordenado a Smoke que dos hombres vigilaran a Thalassa y Luisa desde la distancia, y que otros tres vigilaran la casa por la noche, así que sabía que Thalassa estaba a salvo. Pero…
El hecho de que aún no hubiera regresado le dolía, porque era evidente que ella estaba tratando de evitarlo todo lo que podía.
—Tío, ¿no vas a comer? —La voz de Alden interrumpió los pensamientos de Kris.
Volviendo su atención a la mesa, Kris se enderezó y quitó la tapa de su plato. Frunció el ceño al ver que su filete había sido cortado en cubos pequeños, mucho más pequeños que los filetes de Alden y Luisa.
—Lo corté en trozos más pequeños para que no tuvieras que preocuparte por usar un cuchillo —explicó Luisa con una sonrisa.
—Ya veo. Gracias —dijo Kris lentamente, sin saber muy bien cómo sentirse al respecto.
Aunque apreciaba la consideración de Luisa, esto le hacía sentir como un inválido. A Alden, por supuesto, le pareció divertidísimo y se echó a reír.
—¡Alden! —le regañó Luisa, dándole una palmada en el hombro.
—¡Lo siento! Es que es muy gracioso —dijo Alden, riéndose—. Quizá la próxima vez le dé de comer yo mismo.»
El sonido de unos tacones sobre el suelo de baldosas silenció abruptamente la risa de Alden. Kris giró la cabeza hacia el pasillo, ignorando el dolor en el hombro al ver aparecer a Thalassa.
Era evidente que los había oído, pero no hizo ningún gesto para reconocer su presencia. Sin siquiera mirar hacia la mesa, se dirigió rápidamente hacia las escaleras.
«Lassa», la llamó Luisa, rompiendo el silencio. «¡He hecho filete! ¿Te lo sirvo ahora o te duchas primero?».
.
.
.