La novia más afortunada - Capítulo 2152
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Capítulo 2152:
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Janet se sintió reconfortada por el aroma familiar de Brandon y esbozó una suave sonrisa. «En realidad estoy bien. Solo que no entiendo por qué he tenido una pesadilla tan repentina».
El médico se apresuró a tranquilizarla: «Es bastante común durante el embarazo que las emociones sean más sensibles. Tener pesadillas, especialmente después de haber pasado miedo, no es nada raro».
Al oír esto, Brandon finalmente soltó un suspiro de alivio.
A continuación, el médico sugirió con cautela: «¿Le gustaría considerar la posibilidad de seguir en observación o quizá consultar a un psicólogo para que le brinde apoyo emocional a la señora Larson? Si esto no vuelve a ocurrir, puede que no sea necesario adelantar el parto».
Janet escuchaba con atención, pero las patadas inquietas del bebé la hicieron estremecerse.
«Ay…», exclamó Janet, incapaz de ocultar su incomodidad.
Esto puso inmediatamente a Brandon en estado de alerta. Con la mirada fija en su vientre, estaba listo para regañar a su pequeño para que fuera más delicado. Sin embargo, antes de que pudiera hablar, la mirada de Janet lo detuvo y se quedó en silencio, respetando su petición tácita.
Volviéndose hacia el médico, Janet preguntó cortésmente: «¿Podría comprobar de nuevo el ritmo cardíaco del bebé? Tengo la sensación de que algo no va bien».
El médico miró a Brandon, quien asintió con firmeza.
Con su consentimiento, el médico comenzó a examinar a Janet.
Después de unos momentos, el médico frunció el ceño y dijo: «El ritmo cardíaco del bebé sigue siendo bajo. Quizás debamos considerar inducir el parto».
Brandon negó con la cabeza. «No, eso no es una opción. Janet ya se encuentra en un estado emocional frágil. Si surgen complicaciones durante el parto, podría desencadenar una depresión posparto y otros problemas graves».
El médico hizo una pausa para considerar las palabras de Brandon antes de responder: «En ese caso, pediré a un psicólogo que ayude a la señora Larson a estabilizar sus emociones primero».
Brandon permaneció en silencio, aceptando tácitamente el plan del médico.
Justo cuando el médico estaba a punto de salir para contactar con el psicólogo, Janet lo llamó de repente: «Espere un momento».
El médico se detuvo en seco y se volvió hacia Janet con expresión desconcertada. «Sra. Larson, ¿hay algo más?».
Janet miró a Brandon a los ojos, con voz firme y sincera. «No me da miedo la depresión posparto. No puedo soportar la idea de que el bebé corra ningún riesgo. Sigamos adelante con el parto lo antes posible. No estaré tranquila hasta que el niño haya nacido sano y salvo».
Brandon frunció el ceño profundamente, mostrando claramente su desacuerdo con la decisión de Janet.
A pesar de su protesta silenciosa, Janet miró más allá de él y le dijo al médico: «Por favor, proceda con los preparativos para el parto».
El médico dudó, mirando alternativamente a Janet y a Brandon, sin saber cómo proceder.
Brandon permaneció en silencio, con una expresión severa que delataba su conflicto interno, pero no expresó su objeción.
El médico, claramente bajo presión y sudando nerviosamente, se volvió hacia Brandon, que mantenía una actitud severa. Con cautelosa precisión, comenzó a explicar el proceso del parto a Janet. Una vez que Janet firmó los formularios de consentimiento necesarios, el médico y un equipo de enfermeras comenzaron los preparativos para el parto.
Cuando Johanna y Beal llegaron a la sala, se encontraron con un gran revuelo, ya que los médicos y las enfermeras rodeaban a Janet.
Johanna palideció por la conmoción y le preguntó a Janet: «Me han dicho que estás a punto de dar a luz. ¿Qué pasa? ¿Te encuentras bien?».
Janet le dedicó una sonrisa tranquilizadora. «Estoy bien. Es solo que ha llegado el momento de que nazca el bebé. Pronto podrás tener a tu nieto en brazos».
Johanna se quedó desconcertada por un momento. Se acercó para examinar con atención el rostro de Janet. Al ver que parecía sana y tranquila, Johanna logró recomponerse y preguntó: «¿No es un poco pronto para la fecha prevista? ¿Por qué se ha adelantado tanto el parto?».
Johanna sabía que un parto prematuro no solía ser buena señal, y su ansiedad era evidente.
Al darse cuenta de la angustia de su madre, Janet la tranquilizó: «En realidad, estoy muy cerca de la fecha prevista. El bebé se está desarrollando bien, así que llegar unos días antes no será ningún problema».
A pesar de la explicación de Janet, Johanna seguía preocupada. Al darse cuenta, Janet pidió ayuda a Brandon.
Aunque no estaba del todo de acuerdo con la decisión de Janet, Brandon se mantuvo a su lado. Intervino para calmar las preocupaciones de Johanna y le explicó: «El obstetra ya ha realizado todas las revisiones necesarias. Tanto el bebé como Janet están bien, y hoy es un buen día para el parto».
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