La novia más afortunada - Capítulo 2145
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 2145:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
El corazón de Janet se aceleró y sus ojos se abrieron con incredulidad. ¿Brandon había fracasado? Parecía imposible.
Alexandra no perdió la confianza y esbozó una sonrisa triunfante. «Ahora que Brandon está fuera de juego, no tengo prisa. Déjame explicarte los diferentes métodos».
Fiel a su palabra, Alexandra dedicó veinte minutos a explicar con detalle varios métodos para interrumpir un embarazo.
Cuando terminó, miró a Janet a los ojos con tono firme. «Ahora es el momento de que decidas. Interrumpe el embarazo y podremos volar al castillo que he preparado para ti».
El corazón de Janet se hundió aún más. No se le ocurría nada, no tenía forma de ganar más tiempo.
Sus ojos ardían con determinación mientras clavaba una mirada feroz en Alexandra. «Estás delirando. Protegeré a mi hijo, aunque me cueste la vida. Nunca iré contigo. ¡Lo único que conseguirás hoy de mí es mi cadáver!».
Los ojos de Alexandra se entrecerraron con furia ante la rebeldía de Janet. «¿Cómo te atreves a romper tu promesa? No voy a contenerme más».
Dicho esto, Alexandra sacó una jeringa de su bolsillo y comenzó a avanzar hacia Janet, paso a paso, con aire amenazador.
Justo cuando Alexandra se disponía a clavar la aguja en el vientre de Janet, esta sacó de repente un afilado bisturí de su bolsillo.
La hoja brilló fríamente a la luz, proyectando un reflejo amenazador. Alexandra se quedó paralizado, momentáneamente aturdido por el arma inesperada. No había previsto que Janet estuviera armada.
Janet sostenía el bisturí con firmeza, apuntándole. «¡Atrás!», gritó.
Pero Alexandra se recuperó rápidamente de su sorpresa. Sonrió con desdén, con los ojos desdeñosos. «Ese cuchillo es demasiado corto para hacerte daño. Aunque me lo clavas, solo me harás sangrar, no lo suficiente como para llegar a mis órganos. ¡No me das miedo!». Con esas palabras, reanudó su avance.
Pero justo cuando Alexandra levantó el pie, con la aguja rozando el estómago de Janet, se quedó paralizado, con una expresión de sorpresa en el rostro. Un dolor agudo le atravesó el cuerpo y miró hacia abajo con incredulidad al ver que su camisa blanca se manchaba rápidamente de rojo alrededor del abdomen. La confusión nubló su mente mientras giraba lentamente la cabeza.
Detrás de él, Brandon estaba de pie con una sonrisa débil, casi casual, limpiándose cuidadosamente la sangre de las manos con un pañuelo. Sin decir una palabra, apartó a Alexandra de una patada y se acercó a Janet.
Brandon la abrazó con fuerza, manteniéndola cerca de él. Janet, todavía procesando lo que acababa de pasar, permaneció paralizada, incapaz de articular palabra.
Brandon le preguntó con voz suave: «¿Has tenido miedo? Lo siento. Debería haber llegado antes».
Janet estaba realmente aterrorizada, su cuerpo temblaba sin control. Pero al sentir el calor familiar de los brazos de Brandon alrededor de ella, la tensión de sus músculos comenzó a disminuir.
«No pasa nada. Ya estoy aquí», le susurró Brandon para tranquilizarla, dándole un suave beso en la frente.
Finalmente, Janet se dio cuenta de la realidad de la situación y el miedo abrumador de haber sobrevivido a una experiencia que había puesto en peligro su vida hizo que las lágrimas comenzaran a correr por su rostro. Empezó a golpear los hombros de Brandon, con la voz ahogada por la emoción. «¿En qué estabas pensando? ¿Cómo has podido perder el tiempo fuera, sabiendo lo peligroso que era para mí y para nuestro bebé? ¿Y si le hubiera pasado algo a nuestro hijo?».
Preocupado por que las intensas emociones de Janet pudieran dañar al bebé, Brandon se disculpó rápidamente, con voz llena de preocupación. —Lo siento mucho. Es todo culpa mía. Llegué demasiado tarde.
Janet, abrumada por sus emociones, apoyó la cara en el hombro de Brandon y finalmente se dejó romper en llanto.
.
.
.