La novia más afortunada - Capítulo 2141
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Capítulo 2141:
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La tensión se disipó en Janet al ver que el coche de Johanna y Beal se alejaba del hospital.
Si se hubieran negado a irse, habría estado muy preocupada todo el día. No podía soportar la idea de que les pasara algo a sus padres. Afortunadamente, Brandon los había sacado de allí con una excusa muy oportuna.
Mientras Janet reflexionaba sobre esto, la voz de Brandon interrumpió sus pensamientos.
—La clase prenatal empieza pronto. ¿Quizás deberías cambiarte?
Janet parpadeó sorprendida. —¿Cambiarme? ¿Por qué? ¿Hay un nuevo código de vestimenta? Siempre había asistido a clase con su ropa habitual.
Brandon no respondió de inmediato. En lugar de eso, la condujo hacia la sala.
Cuando la puerta se cerró detrás de ellos, le susurró: —Alexandra podría intentar algo en la clase. En otros lugares, hay más seguridad cerca.
Janet lo comprendió. La clase era un riesgo calculado.
—Está bien, tiene sentido.
Con un nuevo propósito, Janet fue a cambiarse.
Todo estaba en marcha.
Cuando llegó a la puerta, los fuertes brazos de Brandon la envolvieron. Su voz, normalmente llena de confianza, tenía un tono de preocupación. —¿Tienes miedo?
Brandon podía controlar a Alexandra directamente, pero rara vez estaba solo. No quería que nadie del equipo de Alexandra escapara.
Había orquestado todo este plan para acabar con Alexandra y la familia Barton de un solo golpe.
Janet lo miró a los ojos y se rió ligeramente. —No, en absoluto.
—¿Por qué? —Brandon arqueó una ceja.
—Estás aquí. Yo… y nuestro bebé… confiamos plenamente en ti. —Janet le puso la mano sobre el vientre, sin perder la sonrisa—. ¿Ves? Nuestro pequeño también se porta bien. Nuestro hijo es sensible. Si yo estuviera asustada, ya estaría dando patadas».
Una sonrisa se dibujó en los labios de Brandon. Se inclinó y le dio un beso en la frente.
De la mano, se dirigieron hacia el aula.
La espaciosa sala de educación prenatal estaba bañada por la cálida luz del sol que se filtraba a través de las celosías de las ventanas, creando un ambiente relajante.
«Tranquila». Brandon sujetó el brazo de Janet al entrar.
En el interior, el personal médico se afanaba con eficiencia, preparando la clase. Saludaron a la pareja con respeto: «Señor y señora Larson».
«Hola». Janet esbozó una cálida sonrisa, mientras Brandon escudriñaba al personal médico en busca de algún indicio de Alexandra entre ellos. Tras confirmar que Alexandra no estaba allí, sus tensos hombros se relajaron ligeramente.
—Sra. Larson —un médico se acercó a Janet con una sonrisa amistosa—. Antes de empezar, ¿por qué no elige una música relajante para crear ambiente? Era la práctica habitual antes de la clase. Janet tomó la lista de reproducción del médico sin dudarlo y rápidamente hizo su selección. Se la devolvió al médico, quien se la pasó a una enfermera.
—Sra. Larson, hoy está radiante —la felicitó el médico.
«Gracias», respondió Janet.
La clase comenzó poco después.
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