La novia más afortunada - Capítulo 2140
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Capítulo 2140:
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Una pizca de miedo se apoderó de los ojos de Janet al recordar las palabras de Frank. Un sudor frío le brotó en la frente.
Johanna notó el cambio en el comportamiento de Janet. Frunció el ceño, preocupada.
«¿Qué pasa, cariño? ¿Se está poniendo peligroso?», preguntó Johanna, apretando con fuerza el brazo de Janet en un gesto protector. «¿Deberíamos volver a casa?».
Aunque la familia White carecía de gran parte del equipo médico del hospital, la única preocupación de Johanna era el bienestar de Janet.
Sintiendo el calor del contacto de su madre, Janet esbozó una débil sonrisa y negó con la cabeza, reprimiendo el pánico que empezaba a crecer en su interior.
«No te preocupes, mamá. Brandon lo tiene todo preparado. Puede que la cosa se ponga peligrosa, pero confío en que él me mantendrá a salvo».
Johanna frunció aún más el ceño. «¿Peligrosa? ¡Entonces deberías irte! ¿Por qué correr riesgos innecesarios? ¡Es ridículo!».
«No puedo», insistió Janet, incluso cuando un atisbo de irritación brilló en los ojos de Johanna.
«¿Por qué no? Explícate», insistió Johanna, reprimiendo su ira. Al oír esto, Janet se acarició el abdomen y respondió: «Solo cuando esté en el hospital Alexandra correrá el riesgo. Brandon acabará con él de una vez por todas cuando asome la cabeza. Es una bomba de relojería».
Por su hija, Janet estaba dispuesta a enfrentarse al peligro.
Johanna lo comprendió y su ira se disipó lentamente. «¿Qué puedo hacer para ayudar?».
«No, no es necesario que tú ni papá corráis ningún riesgo por mí», la tranquilizó Janet con una pequeña sonrisa.
«¡No seas tonta!», replicó Johanna. «Si tú estás dispuesta a arriesgar tu seguridad por tu hijo, ¿por qué no voy a hacer yo lo mismo por ti?». Sus palabras fueron firmes. A Janet se le llenaron los ojos de lágrimas al oírlas.
Aunque conmovida, Janet se mantuvo firme en su decisión de proteger a sus padres. Pero Johanna también. Se negó a marcharse a pesar de las súplicas de su hija. La discusión continuó mientras caminaban hacia el jardín trasero.
Para aliviar la tensión, Janet decidió cambiar de tema. —Mamá, ¿cómo te ha ido últimamente? ¿Algún problema con el negocio?
Las arrugas de preocupación de Johanna se suavizaron mientras se reía. —Brandon nos trata bien, nos cuida mucho.
Beal se ha convertido en toda una celebridad, con gente haciendo cola para trabajar con él, pero es muy selectivo».
«¿En serio?», Janet se rió, pero la ansiedad bullía en su interior. El enfrentamiento con Alexandra era inminente y no tenía ni idea de qué trucos sucios podría utilizar.
¿Y si sus padres se veían envueltos en el fuego cruzado?
Había agotado todos los argumentos para convencer a Johanna de que se marchara, pero su madre se mantenía firme.
Mientras Janet se devanaba los sesos buscando una solución, vio a Brandon acercarse corriendo. Sus ojos brillaron de alegría y alivio.
Hubo un intercambio silencioso entre ellos y ambos comprendieron inmediatamente la intención del otro.
Brandon rodeó con el brazo la cintura de Janet y se dirigió a Johanna. —Johanna, voy a llevar a Janet a su clase de preparación al parto. Necesito ponerme algo más cómodo.
—Entonces yo voy con vos —declaró Johanna rápidamente.
Janet instintivamente hizo un gesto con la mano en señal de protesta, temiendo herir los sentimientos de su madre. Con fingida timidez, dijo: «Mamá, el médico sugirió que es mejor que Brandon me acompañe para ayudar a fortalecer el vínculo padre-hijo».
Johanna se creyó el engaño. «Por supuesto, querida. Id vosotros dos. Beal y yo volveremos», dijo con una sonrisa.
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