La novia más afortunada - Capítulo 2139
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Capítulo 2139:
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—¡Alexandra!
Janet dejó escapar un grito ahogado. Allí, mezclada con el equipo médico extranjero, estaba Alexandra.
Una oleada de sorpresa la recorrió, pero rápidamente recuperó la compostura. Buscó su teléfono y marcó el número de Brandon.
La llamada se conectó al instante.
La voz tranquilizadora de Brandon llenó su oído. —Janet, ¿todo bien?
Janet frunció los labios y, girándose ligeramente para protegerse de la vista de Alexandra, susurró: —Brandon, Alexandra está aquí. Disfrazada entre el equipo médico.
—Entendido. Ten cuidado, Janet. —La preocupación en la voz de Brandon se intensificó—. ¿Dónde estás?
—En el jardín trasero —respondió Janet, escudriñando los alrededores.
«Quédate ahí. Voy para allá». La urgencia en la voz de Brandon era inconfundible.
Al terminar la llamada, Janet se quedó paralizada al oír pasos que se acercaban por detrás.
Tensa, identificó cuidadosamente el sonido. Era claramente masculino. Era imposible que Brandon hubiera llegado tan rápido. Tenía que ser Alexandra.
Los pasos se hicieron más fuertes, su ritmo constante era como un tambor implacable contra su corazón, que latía con fuerza. Janet sintió que la presión arterial se le disparaba. «Cálmate, Janet», se repitió mentalmente. «Solo es Alexandra. Estás a salvo. Tienes a tu madre y a los guardaespaldas».
Tras respirar hondo para armarse de valor, Janet se giró, dispuesta a enfrentarse a su enemiga. Pero en lugar de la mirada amenazante de Alexandra, se encontró con la expresión tonta de Frank.
Su ira estalló. Estuvo tentada de darle un puñetazo en la cara allí mismo.
¿Todo ese miedo, toda esa preocupación, para esto?
Frank, ajeno a su montaña rusa emocional, arqueó una ceja ante su mirada fulminante. —Qué bienvenida tan cálida, Janet —bromeó.
—¡Frank! —exclamó ella, con voz llena de exasperación—. ¡Creía que eras Alexandra! ¿En qué estabas pensando? ¡Casi me das un infarto!
Frank se rascó la cabeza avergonzado. —Lo siento, no quería asustarte. Elizabeth me pidió que viniera a ver si estabas bien.
—¿Te ha llamado Elizabeth? —La sorpresa se reflejó en el rostro de Janet.
—Sí. Quería hablar contigo, pero le preocupaba que ya estuvieras dormida. —Frank hizo una pausa—. Está muy ocupada y no puede venir a visitarte. Si tienes tiempo, llámala. Se preocupa mucho por ti.
—Ya veo. La llamaré más tarde. —Al notar que Frank se quedaba allí, Janet ladeó la cabeza con curiosidad—. ¿Algo más?
Frank se inclinó hacia ella y le susurró: —Solo un aviso. Alexandra está aquí, se ha colado con el equipo médico. Ten cuidado. Si todo va bien, quédate en la sala.
Tras la advertencia, Frank se retiró y se reunió con el equipo médico externo del hospital.
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