La Luna de Miel - Capítulo 69
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Capítulo 69:
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Molesta, Candice decidió pedir comida para llevar. Después de terminar, se dio una ducha y se acostó temprano. Era una noche de verano calurosa y húmeda, pero haría frío si encendía el aire acondicionado.
Incluso mientras dormía, Candice estaba inquieta. El apuesto rostro de Milton apareció ante ella en su sueño. Se acercaba cada vez más, con sus rasgos perfectos más nítidos que nunca frente a ella. Finalmente, sus finos labios cubrieron los de ella. Eran suaves y cálidos, y se sentían tan reales.
De repente, Candice se despertó empapada en sudor. Pensando en el sueño que acababa de tener, inconscientemente se llevó la mano a los labios. Candice se sorprendió a sí misma. ¿Cómo podía haber tenido un sueño así? Sin embargo, se sentía tan real, como si realmente hubiera sucedido.
Candice sintió un nudo en el estómago. ¿De verdad se habían besado cuando se emborrachó la noche anterior? Frustrada, se dio una palmada en la cabeza. Pero no podía recordar ningún detalle del beso.
De repente, la escena en la que se besaban apareció ante sus ojos. Por un momento, no supo si era un sueño o la realidad. Sacudió la cabeza, pensando que todo era consecuencia de la reciente y loca tortura de Bettina. No podía creer que hubiera tenido un sueño así, sobre todo con ese hombre, Milton. Debía de estar volviéndose loca.
Candice se levantó de la cama. Al darse cuenta de que seguía sudando, se dio otra ducha. Se tumbó en la cama y pasó la noche, pero apenas pudo pegar ojo.
Durante los dos días siguientes, Candice siguió luchando contra la extraña sensación que tenía en el corazón. Finalmente, decidió ir al hospital para comprobar su nivel de gonadotropina coriónica humana (hCG) en sangre. El mejor hospital de Ploville era el Harmony Hospital. Por desgracia, era propiedad de Greyson, por lo que ir allí era impensable.
Para no encontrarse con Greyson, eligió cuidadosamente un hospital alejado, en el extremo este de la ciudad. Después de todo, medir los niveles de hCG no era nada especial; era una prueba sencilla que realizaban la mayoría de los hospitales.
En el hospital, Candice cogió un número y esperó en la cola antes de que le sacaran sangre para la prueba. Media hora más tarde, recibió el resultado. Miró el nivel de hCG en el informe de la prueba. Marcaba 189, con una flecha negra hacia arriba al lado. Antes de llegar al hospital, había…
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Candice había investigado un poco en Internet y descubrió que el valor normal de hCG para una mujer que no está embarazada debe estar entre 0 y 5. Efectivamente, estaba embarazada.
Su última pizca de esperanza se hizo añicos. Se dio cuenta de lo descuidada que había sido. Pensaba que era imposible que se quedara embarazada, ya que le iba a bajar la regla en unos días. Pero los genes de ese hombre eran demasiado poderosos. ¡Se quedó embarazada después de un solo encuentro!
Su mente se quedó en blanco mientras estaba de pie entre la multitud en el hospital, leyendo el informe de la prueba en su mano. Se quedó allí de pie durante un largo rato, sin saber qué hacer a continuación. De repente, una voz aguda la sacó de sus pensamientos.
«Candice, ¿qué haces aquí?».
Candice recuperó rápidamente la compostura al oír la voz familiar. Era su exsuegra, Rachel. A su lado, sujetándole el brazo, estaba Madilyn. Madilyn llevaba en las manos un historial médico y un montón de documentos.
Candice guardó el informe de la prueba en su bolso y mantuvo la calma. Pero ese gesto acabó llamando la atención de Madilyn. Candice no sabía cómo dirigirse a Rachel. No sería apropiado llamarla por su nombre de pila, ya que ella y Greyson se habían divorciado. Pero como el divorcio no era de dominio público, llamarla Sra. Harman también le parecía incorrecto. Al final, decidió no dirigirle la palabra.
Madilyn se acercó a ella con aire arrogante y le dijo: «Candice, el Hospital Harmony ahora pertenece a la familia Harman. La tía Rachel y yo hemos venido a copiar algunos historiales médicos y discos de tomografías para trasladarlos a nuestro hospital. ¿Qué haces aquí?».
«No me encuentro bien. ¿No puedo ir al hospital?», respondió Candice con frialdad.
«¿Por qué no vas al hospital de Rey? ¿Has decidido venir a otro hospital a propósito para fastidiarle?», preguntó Madilyn.
«Solo pasaba por aquí. ¿Hay algún problema?», preguntó Candice. Pensó que dar demasiadas explicaciones levantaría sospechas.
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