La Luna de Miel - Capítulo 519
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 519:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
«Aquí es, señorita», dijo el camarero respetuosamente antes de marcharse.
Candice se alisó inconscientemente el largo cabello y respiró hondo antes de abrir la puerta. Lo que vio en el interior la dejó completamente atónita.
No era nada como había imaginado.
La sala tenía un ventanal que daba a un elegante jardín exterior, frondoso y lleno de flores de colores en plena floración.
Junto a la ventana había una magnífica mesa de palisandro que creaba la ilusión de estar cenando en un romántico jardín.
Un hombre y una mujer estaban sentados en extremos opuestos de la larga mesa.
El hombre era guapo y elegante, mientras que la mujer desprendía un aire de sofisticación y encanto.
Eran Milton y Sigrid.
Candice se quedó paralizada en la puerta, con la mente en blanco.
La cita que Blair le había mencionado no era para ella, sino para Milton y Sigrid. Los dos estaban disfrutando del cálido sol, de una elegante comida y del hermoso paisaje.
Resultó que Milton no la había invitado a comer.
Ella se había equivocado.
Solo le había pedido que le hiciera un recado. Eso era todo.
Milton levantó la vista y vio a Candice de pie en la puerta.
Llevaba lo que le pareció una eternidad esperando, cada vez más inquieto. Mientras tanto, Sigrid recordaba sus días en la universidad y hablaba de antiguos alumnos que se habían convertido en figuras importantes de bancos de inversión, personas clave en organizaciones internacionales, ganadores de premios de investigación y parejas exitosas cuyas empresas se encontraban entre las 50 mejores del mundo. A pesar de todo esto, Milton seguía sin mostrar interés.
Como figura destacada del mundo de los negocios, le importaban poco los logros de los demás.
De vez en cuando miraba su reloj. Finalmente, Candice llegó.
Disponible ya en ɴσνєℓα𝓼4ƒα𝓷.ç◦𝓂 sin interrupciones
Al verla en la puerta, se enderezó en su asiento, se reclinó y dijo con severidad: «Pasa. Llegas tarde».
Candice respiró hondo y se recompuso antes de acercarse con expresión impasible.
«Lo siento. He tenido que terminar el traspaso de algunos casos esta mañana y se me ha retrasado. Señor López, ¿tiene algún documento que requiera mi firma?», preguntó, mirando brevemente a Sigrid y asintiendo ligeramente.
En comparación con antes, Sigrid parecía más madura y tranquila hoy. Vestida de blanco y negro, tenía un aspecto elegante y competente. Su delicado maquillaje le daba un encanto imponente.
En contraste, Candice llevaba un vestido informal de color camel claro y no iba maquillada.
Sentada erguida a la mesa, Sigrid sonrió con aire de suficiencia, sintiéndose triunfante.
Al fin y al cabo, el estatus de Candice no se podía comparar con el suyo. Como abogada, Candice no era más que una empleada. Siendo una dama de familia noble, Sigrid estaba segura de que Milton la trataría de forma diferente.
.
.
.
 
                                         
                        
                     
                        
                     
                        
                     
                        
                     
                        
                     
                        
                     
                        
                     
                        
                     
                        
                     
                        
                    