La Luna de Miel - Capítulo 413
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 413:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
La enfermera miró a Candice antes de mirar a su alrededor. —¿Se ha ido tu prometido? —preguntó con tono alegre.
—¿Prometido? —preguntó Candice, sorprendida, mientras miraba a la enfermera. Greyson era su exmarido. ¿Por qué iba a ser su prometido?
—El Sr. López firmó el formulario de consentimiento para la operación en su nombre. Dijo que era su prometido. Estoy muy celosa. Se preocupa mucho por usted. Deberías haber visto lo angustiado que estaba. Esas miradas preocupadas no me engañan», dijo la enfermera alegremente. Miró a Candice con aire tranquilizador y continuó: «No te preocupes. El Dr. McCoy es muy competente. No habrá consecuencias graves si te cuidas bien. Incluso podrías volver a quedarte embarazada pronto. Aunque no llevo mucho tiempo trabajando aquí, he oído decir que todos los hijos perdidos acaban volviendo con sus madres».
Candice sonrió con torpeza. Estaba muy agradecida por el entusiasmo y el consuelo de la enfermera. Sin embargo, sentía la necesidad de aclarar ciertos malentendidos. «No es mi prometido», murmuró avergonzada.
«¡Oh!», exclamó la enfermera sorprendida. Sin saber cómo continuar, cambió rápidamente de tema. —Voy a comprobar cuánta infusión necesita esta noche. Cuando terminemos, puede acostarse temprano. —Y salió apresuradamente de la sala VIP.
Estaba conmocionada. ¿Cómo era posible que el Sr. López no fuera el prometido de Candice? Él mismo lo había admitido. ¿Acaso Candice había negado su relación por timidez? No parecía ser el caso… ¿Quizás tenían algún conflicto? Suspiró, sacudiendo la cabeza. Su relación parecía demasiado complicada para ella. De todos modos, no debía entrometerse en sus asuntos. Su prioridad era hacer bien su trabajo.
Mientras tanto, Greyson regresó a su oficina. Abrió la caja fuerte y sacó la sentencia de divorcio. Al mismo tiempo, también recuperó el informe del análisis de la droga implicada en el escándalo de infracción del Grupo Blake. Tenía pensado contarle su último descubrimiento cuando se recuperara.
De vuelta a la sala VIP, se encontró con la jefa de enfermeras en el pasillo. La noticia de que Candice era la esposa de Greyson ya se había extendido rápidamente por todo el hospital.
Letitia Jenkins, la jefa de enfermeras, se inclinó respetuosamente y lo saludó: «Sr. Harman. Así que ella es su esposa».
Actualizaciones diarias desde ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.c♡𝓂 antes que nadie
Greyson frunció el ceño. Letitia no solía ser muy habladora. ¿Por qué le preguntaba por sus asuntos privados? Además, le pareció extraño el tono de Letitia.
¿Qué quería decir con «así que ella es su esposa»? Era como si Letitia conociera a Candice.
—¿La conoce? —preguntó Greyson, confundido.
—¡Por supuesto! Sr. Harman, usted fue quien me trasladó aquí desde Overshow. Siempre le estaré agradecida por eso, nunca lo olvidaré. Candice fue quien llamó a la policía y a la ambulancia para que lo llevaran al hospital de Overshow. ¿No lo sabía, Sr. Harman? —preguntó Letitia sorprendida.
En aquella época, ella trabajaba como enfermera en un pequeño hospital de Overshow. Tuvo la suerte de conocer a Greyson, que entonces era solo un estudiante de instituto. Tras ser rescatado de un secuestro, lo enviaron a ese hospital y ella lo cuidó muy bien. Por eso, diez años después, cuando se reencontraron, Greyson la trasladó de Overshow a la bulliciosa ciudad de Ploville. Además, la nombró jefa de enfermeras de la planta VIP del Harmony Hospital, el mejor hospital de Ploville. Esto supuso un gran impulso para su carrera.
Al oír esto, Greyson se quedó inmóvil, petrificado e incapaz de moverse. Casi pensó que había oído mal. Se habían revelado demasiadas cosas en una sola noche. Y ahora esta impactante verdad: Madilyn no era quien lo había salvado en Overshow. ¿Era Candice?
.
.
.