La Luna de Miel - Capítulo 408
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Capítulo 408:
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«Lo siento. Estabas en estado crítico y sentí que no tenía otra opción», dijo con sinceridad, sabiendo que probablemente eso no cambiaría nada.
Candice yacía en la cama, abrumada por el dolor. Su nariz se contrajo y las lágrimas comenzaron a correr por su rostro.
Sus lágrimas caían como una cascada por sus mejillas.
Intentó desesperadamente contenerse, no quería llorar delante de él ni mostrar ninguna debilidad, pero la tristeza era demasiado grande para soportarla. Sollozó en silencio.
Al ver sus hombros temblorosos, Milton sintió una punzada de dolor.
¿Estaba llorando?
Una necesidad imperiosa de abrazarla lo invadió.
De repente, Candice sintió su presencia cerca y gritó con voz ronca: «¡Apártate! No te acerques a mí».
Aunque lloraba en silencio, su voz tensa revelaba su confusión interior.
Respiró hondo y dijo: «Milton, recuerdo cada palabra que dijiste en el tribunal. Cada una de ellas».
«Para acabar con esto ahora, te daré mil millones. Es más que suficiente para toda tu vida. Solo te pido que olvides lo que pasó aquella noche. No seas demasiado…».
«Codicioso, y no vengas a amenazarme con un bebé. Si estás embarazada, abortarás, cueste lo que cueste. Aunque insistas y des a luz, nunca será mi heredero».
Candice repitió cada palabra con deliberada claridad y luego se burló: «Bueno, al final lo has conseguido, ¿no?».
Milton tragó saliva con dificultad, sintiendo que cada una de sus palabras le atravesaba el corazón como una navaja afilada.
No tenía ni idea de que Candice era la mujer con la que se había acostado aquella noche en la que pronunció aquellas palabras.
Ahora lamentaba profundamente sus actos, pero era demasiado tarde para disculparse.
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—Milton, fui una tonta al confiar en ti, al creer que me protegerías de cualquier daño. Te di el poder de decidir y abortar a mi hijo. Eres un hombre de palabra, sin duda.
Candice soltó una risa amarga. —¿A quién le importa ser tu heredera? ¡Soy capaz de criar a mi propio hijo! ¿Cómo te atreves a pretender controlar mi vida? ¡Cómo te atreves!
—Candice, no quería decir… —intentó interrumpir Milton.
Pero ella lo silenció con un grito feroz: —¡Cállate! ¿Qué más puedes explicar? ¿Sabes quién fue el responsable de empujarme por las escaleras? ¿Sabes quién causó esta tragedia que ha provocado la pérdida de mi hijo?».
Milton se quedó desconcertado por sus preguntas y preguntó: «¿Quién fue?».
Se había informado de que Madilyn y Rachel habían sido detenidas por las autoridades por sus delitos, pero si ellas no eran las culpables, ¿quién podría haber hecho daño a Candice y causado la prematura muerte de su bebé?
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