La Luna de Miel - Capítulo 305
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Capítulo 305:
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Candice se quedó mirando el mensaje, atónita.
Bloqueó el teléfono y se dirigió al comedor. Efectivamente, había varios platos fríos sobre la mesa y una olla con gachas calientes en la olla arrocera.
Echó un vistazo a la hora que marcaba la olla arrocera y se dio cuenta de que habían pasado tres horas, lo que significaba que Milton se había marchado temprano por la mañana.
Debía de haber previsto que Candice se quedaría dormida hasta el mediodía y, sabiendo que quizá no tendría apetito, le había preparado gachas y platos fríos, comidas fáciles de digerir.
Candice se frotó la frente, pensando que Milton era demasiado considerado con ella.
Al principio, había utilizado su relación profesional para mantenerla cerca y asegurarse de poder consultarle siempre las cuestiones relacionadas con el trabajo.
Anoche, la había engañado para que prometiera no rescindir su contrato por el momento.
Milton le propuso entonces algunos favores irresistibles y ella cedió.
Al fin y al cabo, ninguna mujer podía resistirse a sus ofertas.
Candice tenía que admitir que Milton era muy ingenioso. Recordó un viejo dicho: ni siquiera una mujer poderosa puede resistirse a un hombre persistente.
Candice decidió lavarse la cara y enjuagarse la boca en el baño primero. Cuando terminó, estaba hambrienta. Aunque quería rechazar la amabilidad de Milton, su estómago decía lo contrario.
Así que Candice se sentó a la mesa y se lanzó a la comida que Milton había preparado.
Estaba tan delicioso que no parecía comida preparada. A juzgar por la hora a la que se había marchado Milton, le habría sido imposible traer comida para llevar.
¿Había vuelto a cocinar? ¿Cómo podía ser tan hábil en todo?
Después de comer, Candice le envió un mensaje por cortesía.
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«Gracias. La comida estaba deliciosa».
Al cabo de un rato, Milton respondió: «Estoy en una reunión. Te llamaré más tarde».
Poco después, le envió otro documento.
«No es urgente. Puedes leerlo cuando tengas tiempo. Descansa hoy».
¿Más trabajo?
Candice frunció el ceño y abrió el documento. Era una carta de un abogado que acababa de recibir, con muchas copias y contratos adjuntos.
Lo hojeó y vio que se trataba de un caso complicado.
Candice abrió los ojos con sorpresa. ¿Cómo se habían metido Milton y Erica en tantos problemas? Seguían surgiendo nuevos problemas antes de que se resolvieran los antiguos.
De repente, Candice se dio cuenta de algo.
No tendría tiempo suficiente para lidiar con el lío que habían montado los dos, ni siquiera aunque dejara todos sus otros casos.
¡Era increíble!
Parecía que le había tocado la parte más difícil, ya que Milton solo le pagaba un salario básico de cinco millones por todo el lío que tenía que arreglar.
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