La Luna de Miel - Capítulo 236
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Capítulo 236:
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«Ponte la chaqueta. No es apropiado estar medio desnudo en público», dijo con amargura, señalando su chaqueta y apartando la mirada.
Milton esbozó una sonrisa de satisfacción ante su preocupación, pero decidió no insistir en el tema.
Tras una breve espera, el Bentley de Milton se detuvo.
El conductor salió del coche y les abrió la puerta con respeto.
—Por favor, señor López —dijo.
Cuando el conductor levantó la vista, se sorprendió al ver a Candice. La reconoció como la mujer que había tirado las píldoras anticonceptivas bajo la lluvia delante de él. No esperaba una conexión tan sutil entre ella y su jefe.
El conductor dudó un momento antes de decir: «Eh, señorita Blake, por favor».
Candice entró en el coche. Una vez sentada, el conductor cerró la puerta tras ella.
Candice le dio la dirección al conductor. «Número 109, calle Starsea. Gracias». No dijo nada más.
Un silencio incómodo llenó el coche. Por suerte, el trayecto hasta la residencia de Candice era corto y el coche circulaba con fluidez por la noche iluminada por las luces de neón.
En poco tiempo, llegaron a su destino.
Cuando Candice se dispuso a abrir la puerta, Milton, que había permanecido en silencio hasta entonces, se adelantó y la detuvo. «Espere un momento. Por favor, reconsidere su decisión de rescindir su contrato como mi abogada personal».
Sin dudarlo, Candice respondió con firmeza: «No, ya lo he decidido».
Estaba decidida a mantener las distancias con él.
Anticipándose a su reacción, Milton sacó una llave del bolsillo y la puso en la mano de Candice. «No te apresures a rechazarme».
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Candice reconoció inmediatamente la llave: era la de su casa.
Había comprado la villa de la familia Blake.
Confusa, Candice frunció el ceño, sin saber qué intentaba decirle Milton.
Con tono frío, Milton continuó: «No te apresures a rescindir el contrato. Te pagaré por adelantado los honorarios de doce años como asesora».
Candice se quedó desconcertada por la oferta.
Según el contrato, el salario base por un año era de cinco millones, lo que sumaba sesenta millones por doce años, el valor exacto de la villa de la familia Blake.
La propuesta de Milton era clara: le ofrecía pagarle doce años de honorarios por adelantado a cambio de devolverle la casa.
Candice esperaba que Milton utilizara la casa como moneda de cambio o intentara convencerla de que retirara la demanda para proteger su reputación, pero su oferta la tomó completamente por sorpresa. Nunca imaginó que propondría una solución así.
A pesar de su resistencia inicial, Candice no pudo evitar sentir que su determinación flaqueaba.
Saber que él la había salvado aquella fatídica noche ablandó su corazón.
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