La Luna de Miel - Capítulo 165
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Capítulo 165:
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Instintivamente, Candice se echó hacia atrás para evitar su contacto.
Los ojos de Greyson se volvieron fríos como el hielo. Ella solía estar tan obsesionada con él y ahora ni siquiera le dejaba tocarla.
Su rostro se oscureció de rabia. «¿Así que él puede tocarte y yo no?». La idea de ella y Milton juntos lo hacía hervir.
Candice frunció el ceño.
Las palabras insultantes de Greyson la hicieron sentir muy incómoda. «¡Cuida tu boca!», gruñó.
De repente, Greyson la agarró por la mandíbula y la acercó hasta que sus narices casi se tocaban. Podían sentir la respiración acelerada del otro.
Greyson se quedó mirando los labios rosados de Candice.
Pensó en el beso que no había conseguido darle en la boca aquella mañana.
Luego pensó en ella besando a Milton.
De repente, Greyson sintió que estaba perdiendo la cabeza.
Sujeta a Candice por la nuca, se inclinó para besarla.
Al verlo, Candice apartó rápidamente la cabeza.
Los fríos labios de Greyson rozaron su mejilla.
Ella lo empujó con fuerza, haciéndolo golpear la puerta del coche con la espalda.
—¿Qué demonios estás haciendo, Greyson? Muéstrame un poco de respeto. No olvides que estamos divorciados —gritó Candice enfadada, pero a Greyson solo le parecía aún más hermosa.
Candice alcanzó la manija de la puerta y la abrió.
No podía quedarse más tiempo en el coche.
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Sin embargo, Greyson la agarró del brazo y bloqueó la puerta.
Candice intentó salir repetidamente, pero la puerta no se movía.
Miró hacia atrás y miró con ira al hombre que estaba a su lado.
Para su sorpresa, Greyson sacó un diario y le preguntó: «¿Me dirás qué es esto?».
La confusión se apoderó del rostro de Candice. El diario era suyo.
La lluvia había empapado la cubierta y no estaba en buenas condiciones. El color se había desvanecido hasta convertirse en un amarillo apagado.
Era el diario que había llevado durante toda su etapa escolar: secundaria, bachillerato y universidad.
Siempre que tenía problemas con los estudios o con su vida personal, lo escribía todo allí.
Y lo más importante, desde su segundo año de secundaria, el diario documentaba cada detalle de su amor secreto por Greyson.
Greyson lo leyó y supo que él estaba allí, aunque ella nunca mencionó su nombre ni lo que había sucedido aquella noche en la cámara frigorífica.
El chico que parecía disfrutar leyendo solo, jugando al baloncesto y paseando solo por el campus.
¡Candice no podía creer que su diario estuviera en sus manos!
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