La Luna de Miel - Capítulo 149
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 149:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Nadie se atrevía a acercarse a él y la prensa se abstuvo de hacer preguntas. Después de eso, todos se marcharon en relativo silencio.
Greyson arrastró a Candice lejos de la rueda de prensa.
Después de doblar una esquina, Greyson la llevó a un callejón entre dos edificios.
—Se rumorea que Milton ha comprado tu casa y que planea renovar la zona. ¿Por qué? —preguntó Greyson directamente.
—Yo también tengo curiosidad —dijo Candice, encontrando todo el asunto divertido—. ¿Por qué has comprado una compañía de ballet?
—¿Ahora te estás entrometiendo en mis asuntos? —preguntó Greyson, sorprendido e interrogativo.
—Bueno, ¿y tú por qué te estás entrometiendo en los míos? —replicó Candice.
—¿Por qué estás aquí? —Greyson frunció el ceño.
—Estoy aquí porque Madilyn me dijo que viniera. ¿Quién podría haber predicho lo que diría la prensa si no apareciera? —dijo Candice con frialdad.
—¿Cómo podría molestarle mi presencia aquí? O simplemente dígame, ¿qué quiere que haga?
—¿Sabía antes que Milton había comprado la compañía de ballet? —preguntó Greyson con severidad.
—Je —se rió Candice—. Greyson, me tienes en muy alta estima. ¿De verdad crees que tengo la capacidad de predecir el futuro?
Greyson permaneció en silencio.
Estaba claro que el despido de Madilyn tenía que ver con Candice. Como hombre, era plenamente consciente de lo que pensaba Milton. No podía imaginar que Candice no estuviera al tanto de la situación.
—¿Por qué no vas a consolar a Madilyn? Seguro que está muy triste —preguntó Candice—. Ha trabajado muy duro para conseguir su sueño y ahora se lo han arrebatado.
Disponible ya en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.ç◦𝓂 con lo mejor del romance
—Solo quería encontrarle un trabajo menos exigente. No está tan bien de salud como parece. Esa era mi única intención —explicó Greyson.
—Vaya, señor Harman, qué generoso es —dijo Candice con tono burlón—. ¿De verdad ha gastado cientos de millones para comprarle un trabajo a Madilyn? ¡Su amor por ella es tan conmovedor!
Greyson entrecerró los ojos, pero no respondió a su sarcasmo.
De repente, preguntó: —¿Y tú, Candice? ¿De verdad me has amado durante los últimos tres años?
Mientras le preguntaba esto, se acercó a ella y la empujó contra la fría pared.
Candice sintió que se le cortaba la respiración. Greyson siempre había sido distante con ella, a menudo la trataba con desprecio.
La indiferencia siempre había sido su respuesta habitual.
No estaba acostumbrada a este tipo de intensidad por su parte. Greyson era un experto en causarle dolor y hacerla sentir invisible.
.
.
.