La Luna de Miel - Capítulo 106
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 106:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
A continuación, Milton llamó a la alta dirección del departamento de policía.
«Agente Hamilton, quiero que emita advertencias para los casos leves de acoso en Internet y órdenes de arresto para los delitos más graves. Si alguien se niega a retirar tales comentarios, Royal Garden Corporation lo demandará inmediatamente. No quiero ver más comentarios desagradables».
A continuación, colgó el teléfono.
Hoy, Candice vio claramente la realidad del carácter de Milton. Siempre había pensado que él solo se apoyaba en su gran fortuna. Le sorprendió su resistencia al estrés y su carisma en el trabajo.
Afrontaba los problemas sin pestañear y los resolvía con calma y método. Su competencia superaba todo lo que ella había imaginado. Provenía de una familia aristocrática, destinado a la grandeza y a la cima del poder, un auténtico rey.
Milton miró a Candice y vio que ella lo estaba observando. Una sonrisa se dibujó en su rostro.
Abrumada, Candice apartó rápidamente la mirada, avergonzada.
Eran las seis en punto.
A esa hora, Raúl estaba leyendo los titulares en Internet. «Han eliminado los hashtags sobre nosotros y han desactivado los comentarios, Milton. Acabo de llamar a recepción y me han dicho que toda la prensa se ha marchado».
Se secó el sudor de la frente y se dejó caer en la silla. «¡Por fin se ha solucionado!».
Milton hablaba con fluidez otro idioma por teléfono. «El mercado bursátil europeo ha abierto y está estable. No hay anomalías. No temas. Espero que nuestra colaboración vaya bien».
Tras terminar la llamada, le dio una palmada en la espalda a Raúl y le dijo: «Lárgate de aquí. Este es mi sitio».
Raúl protestó: «Llevo preocupado desde las cinco de la mañana. Aún no he comido nada. ¿Qué hay de malo en descansar un rato aquí?
Disponible ya en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.c♡𝓂 en cada capítulo
Milton se sentó en una esquina del escritorio y comentó: «Todos los problemas se han resuelto. El precio de las acciones ha vuelto a subir de forma constante. Podéis iros a casa».
Durante toda la conversación, Milton mantuvo la atención puesta en Candice.
Raúl pareció comprenderlo por fin. ¿Milton lo consideraba un tercero en discordia y quería que se marchara?
¡Maldita sea! ¿Esa mujer era más importante que él?
Raúl se levantó a regañadientes.
Desanimado, se acercó a Candice y le dijo: «Tengo que irme, Candy. Debes ser paciente en tu conversación. ¡No discutas!».
Raúl no deseaba nada más que una existencia tranquila.
Sin embargo, parecía que Candice y Milton tenían dificultades para llevarse bien. Ambos eran un fastidio.
Para Raúl, era un inconveniente tener que lidiar con ellos.
Candice no respondió.
Raúl suspiró, se dio la vuelta y salió de la oficina.
.
.
.