La inocencia robada - Capítulo 196
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Capítulo 196:
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«Michael, hay cosas de las que tienes que ocuparte», dijo el hombre con seriedad, haciendo que el corazón de Alexa se oprimiera en su pecho.
«Déjame a mí», respondió Michael rápidamente, como si tratara de proteger a Alexa del peligro.
«No, no quiero que te ocupes de nada que pueda hacerte daño», dijo ella con ansiedad.
«Vámonos de aquí».
Michael se sentía dividido.
«No te voy a dejar aquí. Si me quieres, tienes que asumir los riesgos. Eso forma parte de mi vida».
«No, no voy a correr más riesgos», insistió ella, con los ojos brillantes de determinación.
«No seré la razón de tu pérdida».
El hombre volvió a hablar: «Tenemos que tomar decisiones rápidas, Michael. Las cosas se están complicando y los enemigos aumentan. ¿Te aferrarás a Alexa en esta situación?».
Michael sintió una presión tremenda. Alexa, con su amor y lealtad…
Michael representaba la luz en su vida, por lo demás oscura, pero las amenazas que lo rodeaban se intensificaban.
«No puedo estar aquí y dejarte enfrentarte a los peligros sola».
Sin embargo, Alexa sabía que tenía que tomar una decisión.
—Michael, si me quieres, debes dar el paso correcto. No quiero ser parte de esta oscuridad.
Lo miró, con los ojos llenos de lágrimas.
—¿Puedes dejar atrás a la mafia? Las palabras brotaron de su corazón.
—¿Puedes devolverme mi vida?
El tiempo pareció detenerse por un momento, como si el mundo a su alrededor se hubiera detenido. El corazón de Michael dolía de dolor.
«Te lo prometo, lo intentaré», susurró, pero sabía en el fondo que el camino sería difícil.
Alexa dio un paso adelante y tomó sus manos entre las suyas.
«Necesito una promesa, una promesa de verdad. No quiero perderte de nuevo».
—Te lo prometo —dijo él, con una determinación recién descubierta en su voz.
—Haré todo lo que pueda.
De repente, el mafioso se echó a reír, como divertido por su situación.
—Es un juego peligroso, Michael. Tienes que ser inteligente o lo perderás todo.
Pero Alexa no pudo soportarlo más.
—¡No dejaré que nadie dicte mi destino! —gritó ella, con los ojos brillantes de determinación.
«Seré responsable de mis decisiones».
La expresión de Michael mostraba admiración, pero sabía que la línea entre el amor y el peligro era difusa.
«Enfrentémoslo juntos», dijo, con un toque de esperanza en su voz.
«Si estamos juntos, podemos superar cualquier cosa».
Alexa sintió una oleada de consuelo al escuchar sus palabras.
«¿Podemos empezar de verdad de nuevo?». Las emociones y los pensamientos se entrelazaron en su mente, pero sabía que el amor merecía la pena.
Dieron un paso adelante, desafiando todos los riesgos que les esperaban. A pesar de todo lo que había sucedido, el amor era lo que los unía y estaban dispuestos a afrontar juntos cualquier desafío.
En ese momento, decidieron recuperar sus vidas y enfrentarse al mundo que intentaba separarlos. De la mano, a pesar de las tormentas que los rodeaban, estaban preparados para enfrentarse a lo que se les presentara.
La tenue luz del atardecer se filtraba en el vestíbulo del antiguo palacio, resaltando los intrincados detalles de las paredes adornadas con lujosos muebles. Todo aquí rezumaba un sentido de herencia, desde las lámparas de araña que proyectaban suaves sombras hasta los colores oscuros que reflejaban poder y majestuosidad. El aroma de la madera tratada y el cuero fino llenaba el aire, realzando la sensación de pertenencia y nostalgia por el hogar, a pesar de toda la sangre que se había mezclado con los cimientos sobre los que se construyó este lugar.
Michael entró en el vestíbulo, con el rostro reflejando agotamiento y determinación. Sus ojos azules reflejaban tormentas internas, como si ocultaran secretos que no podían revelarse. Su cabello oscuro estaba ligeramente despeinado, lo que añadía un aura de tensión. Regresaba a este palacio después de días de contemplar la propuesta de Alexia. ¿Podía realmente abandonar todo lo que había construido? ¿Podía cerrar el capítulo del mundo de la mafia que se había entrelazado con su vida desde la infancia?
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