La inocencia robada - Capítulo 195
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Capítulo 195:
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En aquellos tiempos difíciles, Alexa estaba sentada en su modesta oficina, rodeada de expedientes que la habían agotado. Las tenues luces de la habitación creaban una atmósfera lúgubre mientras el café frío se acumulaba en su taza. Las líneas de preocupación se grababan en su frente y sus ojos azules brillaban de arrepentimiento. Sentía como si todos se hubieran vuelto en su contra, como si el plan de Max hubiera logrado empañar su reputación.
Recibió una llamada de su jefe, cuya voz era firme, casi palpable a través del teléfono.
«Alexa, la situación es difícil. Tienes que retirarte del caso. Las cosas se están complicando y la gente empieza a hablar. No quiero verte en una posición embarazosa». Su tono era serio, pero por debajo había una preocupación subyacente por su futuro profesional.
«Pero, señor, ¡tengo que demostrar su inocencia!». Alexa respondió, sus palabras fluyendo de un corazón abrumado por la preocupación.
«No tienes elección. Debes distanciarte de este asunto», insistió su gerente antes de terminar abruptamente la llamada, dejando a Alexa en un estado de confusión.
Se sentía como si el mundo se hubiera cerrado a su alrededor. Su corazón latía con fuerza, pero en el fondo, experimentó una sensación de liberación, como si se hubiera deshecho de una pesada carga.
«¿Pero era este el final?».
Salió de la oficina y decidió caminar por las calles familiares que tanto significaban para ella. Las calles estaban abarrotadas, pero su mente estaba consumida por un solo pensamiento: Michael. No podía deshacerse de sus sentimientos por él, a pesar de todo lo que había hecho y de sus vínculos con la mafia que le habían causado tanto dolor.
En una esquina de la calle, lo encontró de pie, solo. Michael miraba al suelo, como si llevara el peso del mundo sobre sus hombros. Sus rasgos estaban impregnados de dolor, y su cabello negro despeinado reflejaba su estado de inquietud. Alexa se acercó a él, y cuando la vio, una compleja mezcla de alegría y dolor cruzó su rostro.
«Michael», gritó ella, con la voz temblorosa.
«Lo siento».
«¿Por qué? ¿Por qué dejaste el caso?», preguntó él, con el corazón a punto de estallar de preguntas. Su tono transmitía un profundo dolor, su voz baja y quebrada.
«¿No querías verlo ganar?».
«No quería ser la razón de tu encarcelamiento», respondió ella, con los ojos brillantes de lágrimas.
«Estaba dividida entre mi amor por ti y mis deberes como abogada».
Michael la miró fijamente y luego dijo: «Me has decepcionado. Eras alguien que creía en la justicia, pero abandonaste tu caso con tanta facilidad. ¿De verdad me amabas?».
«Te amaba, pero no puedo ser parte de este mundo», respondió Alexa.
Con el corazón acelerado, dijo: «Si quieres que vuelva contigo, tienes que dejar ir a la mafia. ¿Puedes hacerlo? ¿Puedes empezar una nueva vida?
Michael se quedó en silencio, la confusión llenando sus ojos. Estaba atrapado en una violenta lucha interna. Una parte de él anhelaba escapar de todo y empezar de nuevo con Alexa. Sin embargo, también sabía que la mafia era parte de su identidad, y había cosas de las que no podía desprenderse fácilmente.
«¿Crees que puedo hacerlo?», preguntó lentamente, con voz insegura.
«¿Puedes prometerme que las cosas serán como antes?».
«No puedo prometerte nada», respondió ella, con la mirada fija en los ojos de él.
«Pero creo que el amor puede superar todo. Debes estar preparado para el cambio. No estaré en tu vida si te aferras al pasado».
Michael respiró hondo y se pasó las manos por el pelo como si tratara de recuperar el equilibrio.
«Necesito tiempo. No puedo decirte ahora lo que haré». Sus palabras eran débiles, pero en el fondo sabía que la amaba.
«Michael, quiero que seas feliz», dijo Alexa con suavidad.
«Pero tienes que elegir el camino que quieres recorrer. No puedo ser la razón de tu pérdida».
Michael reflexionó sobre sus palabras. El conflicto se desataba en su mente, pero su corazón se inclinaba hacia Alexa.
«Te prometo que lo pensaré. Intentaré ser mejor. Pero debes saber que no será fácil».
«Estoy aquí para ti», respondió Alexa, con los ojos brillantes de esperanza.
«Pero tienes que ser sincero conmigo».
Antes de que pudiera decir más, una voz desconocida interrumpió desde atrás. Un socio de la mafia se acercó a ellos, lanzando una mirada sospechosa.
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