La inocencia robada - Capítulo 189
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Capítulo 189:
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Max se inclinó ligeramente hacia delante, juntando los dedos, y miró a Michael con una mirada seria pero inquebrantable.
«Alexa puede ser una agente de inteligencia, pero es débil en lo que respecta a su corazón. Te ama, Michael. El amor hace más de lo que crees».
Michael hizo una pausa, con el rostro en una mezcla de ira y arrepentimiento.
—¿Que me ame? —dijo con voz tensa y quebrada—.
Si me amara, no nos estaría amenazando ahora, no habría estado reuniendo pruebas contra nosotros todo este tiempo. —Miró a Max con una mirada llena de decepción—.
Sabes que no sabía que ella estaba en inteligencia. ¿Cómo pude confiar en ella? Me engañó… nos engañó a todos.
Max suspiró suavemente, tratando de calmar a su hermano.
—Michael, no puedes dejar que tus emociones se apoderen de ti…
—Mejor de ti ahora. Puede que Alexa haya iniciado este caso por razones personales o profesionales, pero estoy seguro de que no lo llevará hasta el final. El amor lo cambia todo, y bajo toda esa frialdad que muestra, Alexa es más débil de lo que crees.
La habitación se había vuelto más fría y se podía oír el sonido del viento jugando con las hojas fuera de las ventanas. Michael ya no podía controlar sus emociones. Sus ojos estaban llenos de ira y miedo.
«¡Max, no puedes confiar en el amor ahora!», gritó, golpeando el escritorio con el puño.
«Si Alexa es tan débil como dices, ¿por qué dirige la investigación? ¿Por qué lo sabe todo sobre nosotros y nuestras operaciones?».
Max no se movió. Mantuvo la calma, incluso cuando la furia de Michael estalló ante él.
«Porque está luchando consigo misma», respondió Max en voz baja, como si estuviera explicando algo demasiado complejo para alguien que no había comprendido toda la profundidad de la situación.
«Está dividida entre su deber y su amor. Y no podrá ganar contra sí misma».
Michael apartó la mirada de Max, luchando por procesar lo que acababa de oír. Se sentía atrapado. Poco a poco se dio cuenta de que Alexa no era solo una agente que intentaba acabar con ellos, sino alguien en quien había confiado una vez. Esa traición personal le dolía más que cualquier otra cosa. Se quedó de pie un momento, conteniendo las lágrimas con los ojos, tratando de reunir fuerzas.
—Max —dijo Michael, con la voz más baja ahora, pero cargada de dolor—.
—Confié en ella. Confié profundamente en ella… y ahora está usando todo en nuestra contra. Puede que no te des cuenta de la cantidad de información que ha recopilado, pero estamos en peligro real. Si no encontramos la manera de detenerla… será el fin.
Max permaneció sentado, mirando a Michael con una mezcla de lástima y precaución.
—Michael, si quieres detener a Alexa, tendrás que aprender a jugar con sus emociones. No es solo una agente que hace su trabajo. Es un ser humano que lucha con sentimientos contradictorios. Aprovecha esos sentimientos y encontrarás una salida.
—¿Aprovechar sus emociones? —dijo Michael con amargura, con la mirada fija en Max.
—No puedo hacer eso. La amaba sinceramente, ¿y ahora me pides que use ese amor para destruirla? Eso no es lo que quiero.
Max hizo un gesto desdeñoso con la mano, como si no le importara en absoluto la confusión emocional que estaba experimentando Michael.
—Estás en este lío porque dejaste que tus emociones te controlaran desde el principio. Ahora esta es la única manera, si quieres sobrevivir.
La ira dentro de Michael surgió de nuevo. Sentía como si todo se derrumbara a su alrededor. La persona a la que creía amar, con la que había imaginado un futuro, era ahora el enemigo que amenazaba con exponer su secreto más oscuro.
En ese momento, todas las emociones reprimidas de Michael estallaron.
—Max, no lo entiendes. Todo ha cambiado. No era solo una relación superficial. Mi vida estaba entrelazada con la suya. Y si ella es la que lo está destruyendo todo ahora, entonces yo soy el culpable. Debería haber sido más cauteloso.
Max se puso de pie, y por primera vez su tono de voz tenía un toque de seriedad.
—Michael, escúchame. Ahora no hay lugar para el arrepentimiento. La elección es tuya: o haces lo necesario para proteger el secreto de la familia y mantenernos a todos a salvo, o dejas que tus emociones se apoderen de ti y permites que Alexa nos destruya. La decisión es tuya.
La habitación se llenó de un pesado silencio mientras Michael se quedaba allí de pie, sintiendo que cada paso que daba podía alterar su destino para siempre. Sabía que Max tenía razón, pero no podía negar el dolor que pesaba sobre su pecho.
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