La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 982
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Capítulo 982:
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Cuanto más intentaba encontrar una solución, más se enredaban sus pensamientos. Solo le venían a la mente unos pocos consejos del departamento de secretaría.
El primer consejo era pedir una disculpa inmediata e incondicional.
En segundo lugar, Ethan debía colmar a Brenna de regalos.
El tercero era hacer alarde de promesas futuras.
Ethan pensó que no tenía nada que perder por intentarlo.
Empujó la caja hacia Brenna, forzando una sinceridad amable en sus palabras. No apartó la mirada, buscando en sus rasgos alguna señal: ¿estaba solo molesta o realmente había terminado con él?
Brenna no se movió. Su actitud fría se intensificó y una pizca de enfado se dibujó en su rostro. Ignoró la caja y se la devolvió. Ethan, que no estaba dispuesto a rendirse, lo intentó de nuevo.
—Oye, Brenna. Te he comprado un bolso exclusivo, de edición limitada. Lo he traído en avión desde Valport solo para ti.
Brenna ya se había fijado en la caja. La miró rápidamente, pero su rostro no mostró ningún signo de emoción. En cambio, sus labios se curvaron en una leve mueca de desprecio.
—No es que me falten bolsos en mi armario. No necesito otro.
Ahora, Ethan se sentía como si hubiera entrado en territorio desconocido. ¿Por qué había fallado el consejo de las secretarias?
No conseguía entender qué había salido mal.
El pánico le empujó a dar el siguiente paso. —Brenna, por favor, no hagas esto. Sé que he cometido un error. Lo siento. Dame otra oportunidad.
Ethan creía estar siendo lo más humilde posible, asumiendo toda la responsabilidad. Nunca antes se había disculpado con nadie, ni siquiera cuando Emmett y Elsa se habían unido contra él cuando era niño. Ahora, por primera vez, admitía su culpa, y todo por Brenna.
Brenna respondió con una risa agria y sarcástica, imposible de pasar por alto.
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«¿Tú cometiste un error? Ja. Tú no hiciste nada malo. Todo es culpa mía. ¿Cómo pudiste equivocarte?».
Ethan entendió la verdadera razón de su enfado y por qué se negaba a perdonarlo.
—Brenna, crucé la línea con Gracie. Solo es una socia. Me ayudó mucho cuando empecé la empresa, pero no debería haberla recogido en el aeropuerto con el equipo. Sé que no debería haber organizado esa cena para ella. ¿Dejarla quedarse en mi casa? Eso fue demasiado.
Intentó ser sincero, esperando que la honestidad le valiera el perdón.
Pero Brenna se había pasado la vida esquivando pullas veladas y golpes ocultos en la familia Barrett. Creía que el tono de Ethan era falso.
A sus oídos, la disculpa de Ethan sonaba menos a arrepentimiento y más a una acusación de que ella no podía entender sus acciones.
«Si quieres disculparte, hazlo. Pero no te quedes ahí sentado intentando hacerme sentir culpable al mismo tiempo», espetó Brenna, dándole la espalda con evidente enfado.
Ethan se dio cuenta demasiado tarde de que solo había empeorado las cosas.
Rápidamente dijo: «No era mi intención, Brenna. Estoy tratando de decirte que me he dado cuenta de mi error. Dime cómo puedo arreglar esto y lo haré. Haré lo que tú digas».
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