La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 932
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Capítulo 932:
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Al darse cuenta de que ya no podía echarse atrás, Greta dijo: «Todo el mundo dice que tú y la señorita Wilson tenéis una relación sentimental».
Contuvo la respiración, esperando la reacción de Ethan. Una parte de ella temía que se enfadara, pero su necesidad de saber la verdad era más fuerte que su cautela.
Observó a Ethan atentamente, esperando alguna pista de lo que estaba pensando. Pero su rostro permaneció perfectamente tranquilo. No había ni un solo signo de enfado o vergüenza. No pudo leer nada en su expresión.
Como sus pensamientos seguían siendo un misterio, Greta continuó: «Brenna se pasó todo el día de ayer pensando en eso. Estaba tan distraída que cometió un par de errores. Incluso fue a buscarte por la mañana. Sr. Mitchell, ¿hay algo entre usted y la Srta. Wilson?».
Los nervios la invadieron mientras esperaba su respuesta. Mencionar el nombre de Brenna era una jugada calculada; esperaba que eso le hiciera decir algo.
Seguramente no querría que la gente malinterpretara las cosas, ¿verdad?
—Ya veo. Si no hay nada más, vuelve a tus tareas. Brenna volverá pronto —dijo Ethan.
Su voz era tan fría como siempre, eludiendo por completo su pregunta.
Greta sintió una oleada de decepción, pero se guardó sus pensamientos para sí misma.
—Te traeré una taza de café —dijo.
«No es necesario», respondió Ethan con un tono aún más frío.
Al percibir que él no quería seguir hablando con ella, Greta se excusó. La frustración la invadió al marcharse; estaba decepcionada por no saber aún la verdad.
Poco después, Lorna entró con una taza de café para Ethan. —Señor Mitchell, su café. Acabo de hablar con la señorita Harper. Dice que volverá en unos diez minutos.
Ethan respondió: «Gracias». Y Lorna salió de la oficina.
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A solas, Ethan repasó mentalmente la mañana, centrándose en el comportamiento de Brenna. Si tenía dudas sobre su relación con Gracie, ¿por qué no había dicho nada? ¿De verdad creía que había algo entre él y Gracie?
Una ola de incertidumbre lo invadió, pero cuando recordó cómo se había comportado Brenna antes, pensó que no había nada fuera de lo normal. No había actuado con frialdad ni parecía molesta.
Incluso después de repasar cada detalle, Ethan seguía sin entender qué podía estar pensando Brenna.
Ethan cogió el teléfono y llamó a Rex. —¿Recuerdas que Brenna pasó por mi oficina ayer?
Rex respondió rápidamente: «Pasó sobre las 10:20 de la mañana. Estabas ocupado en una reunión, así que Alani habló con ella. Brenna dijo que no era urgente y que no quería interrumpirte».
En cuanto Ethan colgó, la respuesta le quedó clara. Brenna debía de estar celosa, pero se había esforzado por ocultarlo. Una pequeña sonrisa de satisfacción se dibujó en sus labios. Estaba convencido de que Brenna se había enamorado de él. Había ocultado sus celos, decidida a no dejar que él se diera cuenta.
Unos minutos más tarde, Brenna finalmente regresó.
Ethan se metió las manos en los bolsillos y la observó atentamente. Su rostro no revelaba nada; parecía tranquila.
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