La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 931
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Capítulo 931:
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Isabella apretó con fuerza su teléfono, con la mirada fija en la aplicación de mensajería. Escribió un mensaje a Denis, pero pronto lo borró.
Denis siempre la había colmado de dinero; esta retirada repentina indicaba claramente que había problemas más graves. Si se ponía en contacto con él ahora, alguien podría darse cuenta y eso podría ponerla en peligro.
Sin embargo, la enorme pérdida económica la atormentaba sin descanso. No podía quitarse de la cabeza la sensación de que su futuro pendía de un hilo. Necesitaba urgentemente encontrar un nuevo protector adinerado.
Ethan salió del ascensor con una sonrisa en los labios mientras hablaba por teléfono. —No has almorzado, ¿verdad? Te hemos traído tu comida favorita. Te espero en tu oficina.
Ya eran las dos de la tarde, pero Brenna llevaba horas en la casa de subastas y se había saltado la comida. Ethan, que no quería que pasara hambre, había comprado comida para llevar y se había dirigido a su oficina lo antes posible.
Al otro lado del vestíbulo, Greta vio a Ethan. Buscó un espejo en su cajón y se miró rápidamente. Convencida de que estaba presentable, guardó el espejo y le dedicó una sonrisa cortés. —Señor Mitchell, la señora Harper no está aquí en este momento. ¿Necesita algo?
La bolsa de comida para llevar que Ethan llevaba en la mano le llamó la atención; tenía el logotipo de un restaurante famoso. Greta sintió una punzada de celos y apartó la mirada casi en cuanto se dio cuenta.
No pudo evitar preguntarse para quién era la comida.
Sin responder, Ethan se dirigió directamente al despacho de Brenna. Dejó la comida sobre su escritorio y se sentó en silencio en una silla. Greta lo siguió al interior.
—No es nada urgente. Brenna sigue ocupada en la casa de subastas y no ha comido, así que le he traído algo —dijo Ethan por fin.
Greta parpadeó sorprendida, complacida por la paciencia con la que Ethan le había respondido. La mayoría de los días era frío y no hablaba mucho. Sin embargo, ahora parecía estar de buen humor, abierto a la conversación. Quizás, pensó, era su oportunidad de charlar con él. Como Brenna no estaba por ninguna parte y nadie sabía cuándo volvería, Greta se preguntó qué tema sería seguro sacar a colación.
Sabía que no debía hablar de sí misma. La curiosidad la invadió, alimentada por todos los rumores que circulaban por la oficina. Los susurros sobre el supuesto romance entre Ethan y Gracie nunca parecían apagarse. Greta no podía evitar preguntarse si esos rumores tenían algo de verdad. Quizás ahora por fin obtendría algunas respuestas.
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Tomó una decisión.
—Sr. Mitchell, ayer parecía tener mucho ajetreo. Se rumorea que el Grupo Mitchell tiene un nuevo ejecutivo, un miembro fundador que acaba de incorporarse como vicepresidente. La gente no ha dejado de hablar de ello. Incluso Brenna mencionó que había oído rumores…
Se detuvo allí, dejando que sus palabras flotaran en el aire, esperando que Ethan mordiera el anzuelo.
La confianza la invadió; estaba segura de que Ethan captaría el significado de sus palabras.
Efectivamente, la expresión de Ethan se suavizó un poco y la curiosidad brilló en sus ojos. «¿A qué rumores te refieres?».
Fingiendo vacilar, Greta apartó la mirada. Esbozó una sonrisa incómoda, como si estuviera decidiendo si contárselo o no.
El tono de Ethan se volvió frío, presionándola para que continuara. «Dímelo».
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