La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 84
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Capítulo 84:
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Sylvie echó un rápido vistazo hacia delante: solo quedaba un tercio de la vuelta. Rosie estaba ganando terreno. Si Rosie presionaba un poco más, tenía muchas posibilidades de ganar el primer puesto.
«¡Rosie, ahora es tu oportunidad! ¡Empuja más fuerte!», gritó Sylvie.
Vivian también gritó: «¡Vamos, Rosie! ¡Tú puedes!».
Brenna comprendió al instante el plan. Una sonrisa fría se dibujó en sus labios y su mirada se agudizó con feroz determinación. Acarició la crin de su caballo con mano tranquilizadora antes de levantar el látigo. «¡Vamos a enseñarles lo que valemos!», murmuró.
Como impulsado por su determinación, su caballo salió disparado con una velocidad repentina y explosiva, cargando entre los caballos de Sylvie y Jordy. La fuerza bruta de su aceleración rompió el bloqueo y se abrió paso a la fuerza.
Al darse cuenta de que Brenna estaba a punto de escapar, Jordy y Sylvie actuaron sin dudarlo y patearon a Brenna.
Los gritos ahogados resonaron entre la multitud, seguidos de gritos furiosos.
«¡Tácticas deshonrosas!».
Pero ni Sylvie ni Jordy se preocupaban ya por la justicia. No iban a dejar que Brenna ganara.
La patearon sin piedad, apuntando directamente a la cabeza del caballo de Brenna y a ella misma.
Brenna reaccionó al instante, aplastándose contra el lomo de su caballo, con el cuerpo agachado. Conocía las reglas de la carrera: cualquier ataque deliberado a otro jinete significaba la descalificación inmediata.
La represalia no era una opción. Así que volvió a chasquear el látigo, instando a su caballo a seguir adelante. La respuesta fue inmediata. El caballo se lanzó hacia adelante con aún más fuerza, y su impulso desestabilizó a Sylvie y Jordy. Sus ataques fallaron por completo y, antes de que pudieran recuperar el equilibrio, ambos cayeron de sus caballos.
Golpearon el suelo con fuerza y rodaron varias veces en una caída caótica.
Vivian, que les seguía de cerca, lo vio todo. Se le cortó la respiración al darse cuenta del peligro: las pezuñas de su caballo estaban a punto de caer sobre ellos. Un sudor frío le recorrió el cuerpo. A esa velocidad, si su caballo les pisoteaba, podrían no sobrevivir.
Jordy y Sylvie se estrellaron contra la pista, con un impacto estremecedor. Justo cuando Jordy levantó la cabeza, vio el caballo de Vivian galopando directamente hacia ellos. El instinto se apoderó de él: agarró a Sylvie y rodó con ella a un lado a tiempo.
Si hubieran dudado un segundo, habrían sido pisoteados por el caballo en plena carrera.
Mientras tanto, Brenna ya había cruzado la línea de meta, asegurándose el primer puesto en el décimo grupo.
El marcador electrónico mostró su tiempo: era idéntico al de Alex. La multitud estalló en un aplauso ensordecedor. Si no hubiera sido por la interferencia, Brenna podría haber superado fácilmente a Alex. Por fin había aparecido alguien que podía desafiar a Alex.
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