La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 805
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Capítulo 805:
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Llegaron refuerzos de seguridad, que se llevaron a los guardias de Maxley.
Maxley, sorprendido por el giro de los acontecimientos, se levantó de su asiento y se abalanzó hacia Brenna, furioso. «¡Esos son mis hombres! ¡No tienes derecho a capturarlos! ¡Déjalos ir!».
Brenna puso una mano firme sobre el hombro de Maxley. En una fracción de segundo, su fuerza se desvaneció, su hombro se hundió y su cuerpo perdió el equilibrio.
Desde los escalones, Thiago lanzó una severa advertencia a Rosie. «Una palabra fuera de lugar y Maxley quedará lisiado».
Al ver a Maxley en apuros, Rosie sintió que el pánico la invadía, pero no quería abandonar el plan que había elaborado meticulosamente. Era su única oportunidad de arruinar a Dalton y a la familia Harper; si la perdía, nunca tendría otra oportunidad.
El personal de Dalton subió corriendo desde debajo del escenario. Al ver la escena, debatieron si llamar a las autoridades.
El personal reconoció a Brenna; Dalton les había mostrado su foto y todos sabían que se suponía que debía entregarle las flores a Dalton.
—Señorita Harper, ¿qué está pasando aquí? —El personal consideraba que la situación era delicada. No reconocían a Maxley, pero la presentación que había hecho Dalton anteriormente dejaba claro que no era una persona cualquiera.
«Es un asunto privado de la familia Harper. Nosotros nos encargaremos», respondió Brenna.
El personal estaba frustrado. «Pero no deberían haber montado un escándalo. Esto tiene muy mala pinta».
«No voy a dejarles ir. Denme dos minutos». Brenna apretó con más fuerza y Maxley, retorciéndose de dolor, se desplomó en el suelo.
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Los fans que estaban cerca se quedaron callados, sin mostrar ninguna simpatía por los alborotadores y sin ofrecerles ayuda. Les satisfacía profundamente la rápida actuación de Brenna.
Dalton le pasó el micrófono a Rosie. Ella echó otro vistazo rápido a Maxley, que parecía estar sufriendo un dolor insoportable. Si presionaba más a Dalton, era muy probable que Brenna realmente le hiciera daño a Maxley.
Sin otra opción, tuvo que fingir que la apoyaba. —Dalton, espero que tu concierto sea increíble. ¡Mañana haremos una fiesta en tu honor!
«¡Muchas gracias!». Dalton le dedicó una sonrisa deslumbrante y le indicó educadamente que bajara del escenario.
Rosie bajó los escalones con las piernas temblorosas. Nunca se había sentido tan avergonzada en su vida.
La música volvió a sonar y su ritmo constante captó al instante la atención del público. Todos volvieron a centrar su atención en Dalton. Su voz llenó el recinto, suave y cautivadora, disipando la tensión que se había acumulado en el ambiente unos instantes antes. Lo que hubiera pasado antes ya no parecía importar.
Brenna soltó a Maxley. Este cayó al suelo y permaneció allí durante un largo rato antes de conseguir levantarse. Su rostro estaba pálido como el de un fantasma y parecía como si le hubieran vaciado de vida. No dejaba de mirar a Brenna, completamente aturdido. Ella solo le había tocado el hombro y todo su cuerpo se había apagado. Un destello de dolor lo atravesó y, en un instante, toda la fuerza abandonó su cuerpo.
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