La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 744
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 744:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Denis se inquietó aún más. «¿Por qué no ha cambiado nada todavía? ¿De verdad puedes encargarte de esto? ¿O esos supuestos casos de la empresa eran solo propaganda exagerada?». En lugar de dignificarlo con una respuesta, Brenna se mantuvo concentrada en la pantalla.
Mientras tanto, Isabella perdió la paciencia y dio un codazo a Brenna. «¿Puedes decir algo al menos? ¿Sabes siquiera lo que estás haciendo? Por si lo has olvidado, si no hay resultados, no hay pago».
Sentado un poco más atrás, Jordy mantenía la cabeza fría. A diferencia de Denis, él no había invertido todo su capital en esta apuesta; no tenía mucho que perder si Brenna fracasaba.
«No hay que entrar en pánico todavía», dijo Jordy, estirando un brazo para mantener a Denis e Isabella en su sitio. «Esperemos. De todos modos, no le hemos pagado nada».
Aún furioso, Denis soltó un bufido. —Si no puede hacerlo, ¿por qué ha venido?
Jordy respondió: «Mira, he investigado un poco. Sus antiguos clientes la recomiendan encarecidamente. Si no puede romperlo, no tenemos que pagarle».
Con la frustración a flor de piel, Denis miró a Brenna con ira. —Me está haciendo perder el tiempo.
Con impaciencia en su voz, Isabella espetó: «Brenna, ¿cuánto tiempo va a llevar esto? No veo nada que demuestre que eres mejor que los otros hackers que hemos contratado. Hemos contratado a expertos antes, algunos de los mejores del mundo, y ninguno de ellos pudo romper esto. Parece que tú no eres diferente».
Para ganarse la aprobación de Brenna, Jordy avaló sus habilidades. Luego, hizo que Denis e Isabella se sentaran, le ofreció un cigarrillo a Denis y el grupo comenzó a charlar.
Aun así, Denis seguía mirando la pantalla cada pocos minutos. Al cabo de un rato, Isabella se colocó detrás de Brenna y observó con atención.
Después de más de veinte minutos, Isabella soltó un grito de alegría. «¡Está desbloqueado!». Jordy y Denis se apresuraron a acercarse, con los ojos muy abiertos, fijados en el portal financiero del Grupo Ward, ahora accesible, que brillaba en el monitor, con el rostro iluminado por una sonrisa.
Lo nuevo está en ɴσνєℓα𝓼4ƒ𝒶𝓷.c♡𝓂 con nuevas entregas
«Impresionante. Lo has descifrado», le dijo Denis a Brenna, mientras exploraba las opciones de la página de inicio, ansioso por descubrir la fortuna del Ward Group.
«¡Haz clic ahí! ¡Quiero ver sus fondos totales!», instó Denis, señalando la pestaña de resumen de la riqueza. Agarró el ratón y hizo clic en el botón, pero la página que se cargó solo mostraba asteriscos, ocultando las cifras.
Los dedos de Brenna volaban sobre el teclado con una precisión asombrosa mientras tecleaba líneas de código. Miró a Denis. —Solo he atravesado la primera capa de seguridad. Para acceder a los fondos reales hay que romper varias barreras más. No es tan sencillo.
Denis asintió. —Lo entiendo; los expertos que contraté antes me advirtieron que sería difícil. Pero tú ya les has superado con creces. Ni siquiera pudieron llegar a la página de inicio.
Isabella puso los ojos en blanco, burlona. —¿Y de qué sirve todo esto? Seguimos sin poder tocar el dinero. Brenna, date prisa. No estarás retrasándote a propósito, ¿verdad?
Jordy apartó a Isabella. «Déjala trabajar. No la distraigas».
Pasaron otros treinta minutos antes de que Brenna se detuviera y apagara tranquilamente su ordenador portátil. «Ya está. La nueva contraseña es seis seises. Ya puedes encargarte tú».
Denis e Isabella apenas podían contener su emoción, con amplias sonrisas en sus rostros. Isabella, especialmente, estaba eufórica, imaginando ya una vida de lujo con miles de millones asegurados.
.
.
.