La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 702
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Capítulo 702:
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Con un dramatismo exagerado, Ethan se miró el brazo vendado. —Mamá, no quiero a Minna aquí. Por favor, dile que se vaya. No me compliques las cosas ahora.
Elsa no estaba dispuesta a hacerlo. Ceder ahora arruinaría sus esperanzas de acercar a Minna a Ethan.
Miró con ira a Brenna, enfurecida por su falta de deferencia.
La mayoría de las mujeres se humillarían para ganarse a sus futuras suegras, pero Brenna actuaba como si fuera ella la que debía ceder primero.
¡Ni hablar!
—Minna, trae algo de comer para Ethan. Prefiere sabores suaves, nada picante ni pesado. No es muy exigente —ordenó Elsa.
Minna, sintiéndose incómoda y resentida, creía que Brenna debería haberse marchado en cuanto llegó Elsa. ¿Cómo se atrevía a quedarse cuando sabía que no era bienvenida?
—Está bien, voy —dijo, y luego se volvió hacia Ethan con un tono meloso—. Señor Mitchell, ¿qué le apetece comer?
La expresión de Ethan siguió siendo fría. No respondió, frustrado por la decisión de su madre, pero impotente para cambiarla.
Volviéndose hacia Brenna, dijo: —Brenna, ¿podrías traerme algo de comer? Solo quiero lo que tú compres.
Brenna percibió que Ethan estaba enviando un mensaje a su madre, rechazando firmemente sus intentos de controlar sus decisiones.
—De acuerdo —dijo ella.
Minna, que se quedó esperanzada, esperó la respuesta de Ethan, deseando que le mostrara aunque fuera una pizca del cariño que le había mostrado a Brenna. —¿Le traigo algo a usted también, señor Mitchell? ¿Qué le apetece? —preguntó.
—¡No hace falta, déjeme en paz! —respondió Ethan bruscamente.
Minna se sonrojó avergonzada y se le llenaron los ojos de lágrimas.
Elsa, al ver el trato tan diferente que su hijo daba a las dos mujeres, sintió que la empatía que había sentido antes se evaporaba. —¿Qué te pasa? ¿Cómo puedes hablarle así a Minna? Ha venido hasta aquí preocupada por ti, ¿y así se lo agradeces? ¡Pídele perdón ahora mismo!
Si Ethan no estuviera herido, quizá ya le habría pegado.
Minna, conteniendo las lágrimas con gran esfuerzo, se negó a marcharse, con la determinación aún más firme.
Brenna observó la escena en silencio y esbozó una leve sonrisa. Elsa no solo era autoritaria, sino también obstinada e irracional.
Cuando Brenna se dio la vuelta para marcharse, Minna la siguió con lágrimas corriendo por su rostro. Rápidamente le bloqueó el paso, desafiante. «No creas que solo porque Ethan es amable contigo, puedes casarte con él. Mientras Elsa esté cerca, no podrás hacerlo».
Brenna observó la expresión afligida de Minna. Minna realmente parecía la víctima aquí. Brenna respondió con frialdad: «¿Te importa Ethan en sí, o solo persigues su riqueza? No creo que te hayas enamorado de él a primera vista».
Minna levantó la barbilla, inflexible. —Sí que lo quiero. ¿Por qué no puede ser amor a primera vista? No voy a rendirme; al final lo conquistaré.
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