La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 649
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Capítulo 649:
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Shepard y Giselle sabían que Ethan y su hermano Kenny eran como el día y la noche —uno seguía las reglas y el otro era un alborotador nato—, pero no se habían dado cuenta de cuánto caos solía causar Ethan. Intercambiaron una mirada, intuyendo que quizá no era apropiado, pero no dijeron nada al respecto. Al fin y al cabo, solo era una comida; en casa de los Harper no les importaba uno más.
Además, con tantos empleados domésticos y guardias de seguridad en casa, todas las comidas ya estaban preparadas para un grupo numeroso. Añadir a Ethan no supondría una gran diferencia.
Después del desayuno, Brenna cogió su bolso y se subió al coche de Ethan con Patrick. Se dirigieron directamente a la sede del Grupo Mitchell.
Ethan llevó a Brenna a la planta 57 y los ojos de Brenna se abrieron como platos. Todo el lugar estaba recién renovado, con equipos de oficina relucientes de pared a pared. Toda la planta era suya, lo suficientemente grande como para albergar a cientos de empleados.
—¿Cuándo empezaste a remodelar esta planta? —preguntó Brenna, impresionada. Una reforma como esta no se hacía de la noche a la mañana. Ethan debía de llevarlo planeando mucho tiempo.
Ethan esbozó una suave sonrisa. —¿A que queda bien? Empezamos hace dos meses. Me enteré de que estabas ampliando tu equipo, así que pensé en dejarte trasladarlo aquí. Ahora podemos ir juntos al trabajo y volver a casa todos los días.
—Ethan, esto es más que generoso —dijo Brenna, con la voz cargada de gratitud—. Tienes todo un imperio de empleados y, aun así, ¿me has reservado una planta entera?
Thiago, Tommy y Joe tendrán ahora sus propios despachos».
El rostro de Ethan se iluminó, con una sonrisa prácticamente radiante. «No hay por qué darme las gracias. Ah, y por cierto, no solo he reservado una planta, sino dos. Cuando tu equipo crezca, tú…
«… no tendrás que volver a mudarte».
Brenna estaba tan agradecida que no le salían las palabras. Se abrazó a Ethan y le dio un suave beso en la mejilla.
Pero Ethan no estaba dispuesto a dejarlo ahí. Deslizó los brazos alrededor de su cintura, la atrajo hacia sí y se inclinó para besarla en los labios.
Sus labios eran tan suaves.
En ese momento, Minna salió del ascensor, con una botella de plástico con spray y un montón de paños de limpieza en las manos. Cuando vio a Brenna y Ethan besándose, su rostro se ensombreció.
Detrás de Minna venían Alani y otros empleados de limpieza del Grupo Mitchell. Contuvieron la respiración y salieron de puntillas del ascensor, emocionados por poder ver a su jefe y a su futura esposa besándose.
Minna carraspeó para interrumpir el momento, pisando fuerte el suelo como si intentara ahuyentar a un gato callejero. Quería que Ethan y Brenna dejaran de besarse.
Ethan terminó el beso con calma. —Los he llamado para que limpien —le dijo a Brenna.
La mente de Minna era un torbellino de emociones. Lo que acababa de ver la había conmocionado.
Creía que su lugar en la familia Mitchell estaba asegurado, dado que Elsa ya la trataba como a su futura nuera. Aunque Ethan no le tuviera mucho cariño, había dado por sentado que al menos le mostraría la cortesía básica.
Como mínimo, pensaba que no se atrevería a desafiar a Elsa mostrándose abiertamente cariñoso con Brenna.
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